Antes de nada quisiera destacar que mis palabras, aparte de ser a nivel personal, también lo son como portavoz de la plataforma en defensa de la Ley de Dependencia en Castilla la Mancha.
Enrique Rivas, portavoz plataforma dependencia CLM | Lunes, 3 de Febrero de 2014
El desapego de la ciudadanía hacia las instituciones públicas es manifiesto, pero no hacia las instituciones en si, sino hacia una gran mayoría de las personas que las dirigen. Los motivos son muy variopintos, a la vez que, muy justificados. Pero aquí habría que destacar que no solamente dirigido hacia lo público, sino también hacia todas esas organizaciones y asociaciones que, de una u otra forma, tienen algo que ver con todo aquello que es de todos, como, por ejemplo, con la Ley de Dependencia, y que actúan como siervos fieles de aquellos que van, como Atila, destrozando todo aquello por donde pasan.
Antes de nada quisiera destacar que mis palabras, aparte de ser a nivel personal, también lo son como portavoz de la plataforma en defensa de la Ley de Dependencia en Castilla la Mancha. Asociación a la que pertenezco y que siempre ha demostrado su lucha férrea por los derechos de las personas en situación de dependencia, familiares y profesionales del sector. Cuestión que, por otra parte, gustará más o menos, escocerá más o menos, pero que es un hecho constatable.
Hace unos días veía la luz el último dictamen del observatorio de la dependencia. Un informe semestral donde, al menos eso creíamos algunos, se mostraba un estudio fehaciente del desarrollo de la Ley de Dependencia en nuestro país. Sin embargo, ante la sorpresa de muchos, nos hemos encontrado, entre otras cuestiones, con UN INDECENTE SOBRESALIENTE que han adjudicado a la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Y para aquellos que no lo sepan, aparte de otras estadísticas, en dicho informe se puntúa con nota a las Comunidades Autónomas en base al desarrollo que han hecho de la Ley de Dependencia.
No sé si en este último dictamen, en referencia a este INDECENTE SOBRESALIENTE, se han apoyado en base a lo macro, que tan de moda está y que tanto daño está haciendo a la ciudadanía, o destinando sus estadísticas a un solo fin... “poner en bandeja de plata que se siga pisoteando los derechos de las personas en situación de dependencia y sus familiares”.
Pero sea como sea, dejando lo macro y las estadísticas para estos “grandes pensadores”, la realidad, por desgracia, es muy diferente. Hasta tal punto, que en esta privilegiada y aventajada alumna en el desarrollo de la Ley de Dependencia llamada Comunidad Autónoma de Castilla y León (al menos para el observatorio de la dependencia) se están aplicando recortes brutales, donde el gobierno del PP ya anunció un recorte del 90% en las prestaciones a los cuidadores en el entorno familiar.
Se podrían poner miles de ejemplos de personas a las cuales se les está quitando el derecho que les pertenece por ley, pero creo que con el siguiente muchas personas se verán reflejadas, y no solo las pertenecientes a esta comunidad autónoma ya que la metástasis se propaga a pasos agigantados.
Pero antes de nada quisiera volver a resaltar mi férrea defensa de los cuidadores en el entorno familiar, pero también de todos esos trabajadores y trabajadoras profesionales que pueden presumir de tener una profesión de las más dignas que existe. De ahí, que mi ejemplo no vaya encaminado a un cuidador en el entorno familiar, de los cuales se podrían destacar cientos de miles, sino a una persona que está en un centro concertado.
M.B.V. son las siglas de una persona que reside en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Si, es una persona y no una mera estadística. Tiene alzheimer y un grado de dependencia grado 3, es decir, lo que se denomina gran dependiente. Cobraba 400 euros de prestación a través de la Ley de Dependencia y se la han rebajado a 70 euros.
Lleva cinco años esperando una plaza pública en un centro, pero, sin embargo, tiene que pagar por una plaza concertada en un centro donde, curiosamente, y según me informa el familiar que me ha proporcionado todos estos datos, hay 25 plazas públicas libres sin adjudicar.
Pero este ejemplo no es un hecho aislado, ni mucho menos, porque como decía es un cáncer que se está extendiendo y atacando a la misma raíz de la Ley de Dependencia y lo que ella conlleva. Hasta el punto, que se me informa para este artículo, por parte de algún profesional del sector, del miedo a hablar en esta Comunidad Autónoma porque lo que está en juego son sus puestos de trabajo. Cuestión que no puedo afirmar por mi parte, no por miedo, sino por desconocimiento.
Y a esto, como a otras tantas situaciones que están ocurriendo en Castilla y León, le premian algunos con la calificación de sobresaliente... "IMPRESIONANTE COMO SALEN ALGUNOS DEL ARMARIO"
Esta situación nos puede llevar a diferentes reflexiones, pero, sin duda alguna, a dos realidades. La primera, y no solo por lo mencionado en este ejemplo, es el negocio que se está empezando a hacer con las enfermedades de las personas en situación de dependencia, donde los cuidadores en el entorno familiar están en el punto de mira, ya que son el único obstáculo para que la tarta de la dependencia se pueda repartir. La segunda, que el observatorio de la dependencia va a tener un grave problema con el Ministro Wert y su indecente ley, ya que este INDECENTE SOBRESALIENTE no va, ni por asomo, encaminado al mérito obtenido.
Pero ironías aparte, hay un hecho muy revelador envuelto por una espesa niebla de falacias e hipocresías. Donde algunos miembros de este observatorio de la dependencia no se cansan de destacar en los medios de comunicación su defensa en pro de las personas en situación de dependencia y sus familiares. Sin embargo, visto lo visto, lo que están defendiendo con este INDECENTE SOBRESALIENTE es a todos esos que están pisoteando, vil y cruelmente, los derechos y la dignidad de todas estas personas en situación de dependencia. Y que no nos vengan con el cuento de la profesionalidad, porque tan profesional es el que tiene el título como el que lleva años cuidando a su familiar, y, por otra parte, nos podrían decir si dentro de esta "profesionalidad de negocio" está el asumir que una persona que necesita de prácticamente las 24 horas de apoyo las va a tener en las mismas condiciones sin tener que pagar por ello, o van a poner un profesional en cada casa al módico precio que se le da por ley a un cuidador en el entorno familiar. Y con el añadido de que a esos que premian con su calificación, no se cansan de despedir a los trabajadores sociales. Aquí ni se defiende a los muy necesarios trabajadores sociales y profesionales del sector ni a los cuidadores en el entorno familiar, mucho menos a las personas en situación de dependencia, aquí solo se busca negociar y lucrarse con las enfermedades. Y, al parecer, esto en España se premia.
Desde luego si alguien me preguntara si estos personajes defienden a las personas en situación de dependencia, tal y como presumen de ello, mi contestación sería clara y contundente: “han demostrado, de forma rotunda, que con este INDECENTE SOBRESALIENTE defienden a los que pisotean a las personas en situación de dependencia, y donde a todos nos ha quedado muy claro que con amigos así para que queremos enemigos”
Aun así, tanto por esto como por otras tantas situaciones en distintos sectores, y tal como me ha mandado un compañero en una viñeta, se podría resumir la situación por la que estamos atravesando en una simple frase, la cual puede parecer un chiste pero que lleva un trasfondo que es, por desgracia, toda una realidad:
“no es de extrañar que en nuestro país ya no se de un azote a los niños cuando nacen, basta con decirles que han nacido en España para que rompan a llorar”
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