jueves, 27 de febrero de 2014

Deniegan a un valdesano la custodia compartida de sus hijos por ser ciego


"No lo entiendo: para pagar la pensión y tenerlos unos días sí valgo", se queja Raúl Fernández, de 41 años

27.02.2014 | 01:51
Raúl Fernández, con su perro guía.
Raúl Fernández, con su perro guía. 
Raúl Fernández, natural de Trevías (Valdés) y de 41 años, no puede disfrutar de sus tres hijos como quisiera. Una sentencia asegura que no puede tener la custodia compartida de los tres (se separó hace cuatro años) por tener una discapacidad visual: es prácticamente ciego. Fernández se sabe de memoria el párrafo del fallo que más le ha dolido: "Adolece de una deficiencia visual que lo dificulta para hacerse cargo de tres niños". Al no poder optar a la custodia compartida por tener sólo un cinco por ciento de visión en un ojo, tiene que pagar una pensión alimenticia a la madre de sus hijos de 765 euros. Cobra entre 1.100 y 1.200 euros al mes vendiendo cupones de la ONCE en Madrid: "Es decir, esta situación es insoportable para mí".
Raúl Fernández critica que la juez que dictó sentencia sí dio la vía libre a un régimen de estancia con sus hijos, con el que cree que demuestra que puede hacerse cargo de ellos. "Sin ir más lejos, esta semana los tengo conmigo cinco días", explica a LA NUEVA ESPAÑA.
El hombre vive en Madrid desde hace cuatro años, aunque es muy conocido en Luarca, donde vendió cupones durante 19 años. Fue en la capital de Valdés donde conoció a su hoy expareja. Se separaron cuando el tercero de sus hijos tenía meses. Entonces, ya vivían en Madrid tras dejar su casa de Busto. "En principio, lo hicimos para estar más cerca de la familia de mi pareja", que es madrileña. "Todo iba bien hasta que pasó lo que pasó", dice.
La separación no fue todo lo conciliadora que este valdesano quisiera. "Estoy cansado", dice, de pelear en los Juzgados por tener más tiempo a sus hijos. Lleva tres años intentando hacer ver que puede hacerse cargo de ellos al margen de su limitación visual. Él cree que perdió la custodia compartida porque su defensa no estuvo a la altura y también por un error "de concepto" sobre la discapacidad visual. Asegura que "ningún juez puede decirme si puedo o no tener hijos por mis circunstancias". En su día a día no tiene problemas para atender a los tres menores de 6, 4 y 3 años: "Necesito la misma ayuda que necesitaría una persona separada con tres niños de estas edades".
De hecho, una persona lo ayuda en las tareas diarias los viernes y los sábados (de fines de semana alternos) que los niños duermen en su casa. Los días laborables que le tocan disfruta de sus hijos de cuatro y media a ocho de la tarde. "Para esto y para pagar la pensión no me ponen problemas, pero para tener una custodia compartida soy discapacitado. No lo entiendo", repite una y otra vez Raúl Fernández.
Tiene que recibir ayuda de su familia para hacer frente a los gastos. Además de afrontar la pensión alimenticia de sus hijos, paga por el alquiler del piso donde vive 600 euros. "Todos podemos hacer cálculos para saber que no puedo llegar a final de mes", resume. Su actual abogado ha pedido una modificación de medidas porque Raúl Fernández cree que corre muchos riesgos: "Esta situación me va a llevar a la ruina. Los ahorros que tenía me los gasté en abogados para lograr la custodia compartida, es decir, para nada".
La sentencia es firme. Raúl Fernández intenta ahora mejorar su vida laboral. Es adiestrador canino, una afición que convirtió en profesión gracias a su primer perro guía, un pastor alemán con el que vivió en Luarca. Ahora, lo acompaña un golden retriever que está siempre a su lado.
Este valdesano de 41 años ha tenido que dejar incluso de hacer deporte, una de sus grandes pasiones. "La cosa ya no da ni para el gimnasio", dice. Raúl Fernández participó en los Juegos Paralímpicos de Atenas y Atlanta. En los primeros lo hizo en la modalidad de ciclismo. En los segundos en judo. Sus esfuerzos se concentran ahora en poder sobrevivir en Madrid: "Aquí tengo a mis hijos que son mi vida".

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