viernes, 30 de octubre de 2015

SIEMPRE CREI EN MI HERMANO CON ASPERGER.



Tenía 2 años cuando le dije a mis padres que quería un hermanito. Por supuesto que ellos trataron de explicar que podría ser una hermana, pero yo estaba convencida de que iba a ser un hermano y eso es lo que me gustaría conseguir.

Mi hermanito, Khalil nació cuando yo tenía 3 años y 4 meses de edad. Él es la luz de nuestras vidas. Él no habló con nadie más que conmigo hasta que tenía 4 años de edad.

Él tímidamente susurraba a mí cuando quería o necesitaba algo como comida o ir al baño. Un día, después de que mis padres dudaron de nuevo de mis historias referentes a que él pudiera hablar, estaba sentado en los columpios en el patio de casa y empezó a recitar el alfabeto que yo le había enseñado.

Corrí a la cocina y arrastré a mi madre para que ella pudiera oírlo. No se le dio un diagnóstico formal hasta que tuvo 12 años, cuando fue diagnosticado con el síndrome de Asperger. En ese momento, se le aconsejó a mi padre institucionalizarlo de forma permanente. Los doctores dijeron que él sería una carga para nuestra familia.

Han pasado ya muchos años y mi hermano tiene 27 ahora, sirvió 4 años en la Infantería de Marina como mecánico de motores a reacción, y ahora sirve en la Guardia Nacional mientras asiste a la universidad a través de la GI Bill. Nunca nadie más volverá a decirle lo que no es capaz de hacer.

Kadeshia Easton
Pittsburgh

TRADUCIDO POR ASPAU.

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