viernes, 4 de marzo de 2016

REALIDAD O FICCIÓN. POR REMEDIOS NAVAS


ON . OPINION


Vivimos apartados de la realidad, de una realidad que no queremos ver y que incluso nos cansa oír.  Vivimos en un mundo de apariencias, preocupados por dar una imagen que no corresponde a la realidad. Pero un día ocurre algo, un imprevisto, y entonces nos estrellamos de cara con la realidad.

La realidad de un montón de niñ@s con enfermedades raras sin tratamiento, síndromes de múltiples nombres los cuáles por desgracia acaban con la vida de estos niñ@s, porque los señores que nos gobiernan trincan a manos abiertas y no se dignan en crear fondos para la investigación,  si no que tienen que ser las propias familias las que ideen mil y una maneras de recoger fondos para intentar salvar la vida de sus hijos.
Niñ@s que tienen que pasar largas estancias en los hospitales, aislados, para recibir sus tratamientos de quimioterapia. Familias rotas por los múltiples trastornos que estos desplazamientos y estancias suponen.
Múltiples campañas de niñ@s con parálisis cerebral u otras enfermedades tratando de conseguir sus tratamientos de fisioterapia negados por la seguridad social e institucciones, porque son vistos como enfermos terminales con los cuáles no es rentable gastarse un dinero. Campañas para poder comprar una silla de ruedas, un andador, un bipedestador… Aparatos tan imprescindibles en sus vidas que da mucha vergüenza!
Pero esta realidad tan cruel es difícil de entender si no estás pasando por ello o tienes un caso cerca. Es agotadora moral y psicologicamente y preferimos darla la espalda, damos un "Me gusta" y seguimos con nuestra vida de apariencia, pensamos "¿ qué puedo hacer yo? ", " ¿alguien algún día cambiará esto?". Entonces, ¿qué futuro les espera a nuestr@s hij@s si estamos esperando que ocurra un milagro que cambie todas estas situaciones? Si nosotros no cambiamos, nada cambiará. Hay que implicarse en los problemas, no darles la espalda. En esta vida nadie se libra, los problemas llegan tarde o temprano y entonces querremos una solución.  A veces, una visita al hospital pediátrico es muy recomendable, hunde, pero te pone los pies sobre la tierra.


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