Cuando Aimar nació, estuve dos días enteros llorando hasta que me permitieron verle. Todos los sueños y los planes que habíamos hecho durante el embarazo, se desvanecieron en un momento.
Cuando le vi por primera vez, vi que era normal, que lo tenía todo, no le faltaba nada. Me di cuenta que había que trabajar y luchar mucho y que de nada servía llorar. Uno de sus principales problemas eran las crisis epilepticas, cada crisis dañaba sus neuronas y era imprescindible que las neuronas que no habían sido dañadas, por la falta de oxígeno que sufrió al nacer, se mantuvieran, y estimular al máximo las dañadas.
Cuando tenía 3 meses, sufrió su primera crisis epileptica y aún la recuerdo como si fuera hoy mismo, su epilepsia es muy rebelde y probó toda clase de tratamientos. En el Hospital Niño Jesús de Madrid, le hicieron toda clase de pruebas y estudios y al final consiguieron controlar parcialmente esas crisis convinando un par de medicamentos. Hoy, de vez en cuando sufre alguna crisis, y es muy duro ver como tú hijo deja de respirar por unos momentos, por eso aunque no nos gusten mucho los días de, hoy sí que quiero compartir que hoy día 26 de Marzo es el día mundial de la epilepsia, y que todos deberíamos estar preparados para asistir a cualquier persona ante una crisis epileptica, pues es mucho más común de lo que parece. Una buena educación sanitaria y preventiva impartida por profesionales sanitarios desde el colegio, no estaría de más!!!
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