Algunos estudiantes de ingeniería de la Universidad de Regina se unieron para construir una "silla de abrazos".
Nos encontramos con un montón de niños con autismo, y un montón de niños, que necesitan presión profunda", dijo Blayne Bosley, el maestro que trabajó para la construcción de la silla.
"Les da una sensación de confort. Muchos de nuestros niños con autismo no les gusta el contacto físico, el toque tan mecánico es un poco mejor para ellos. Tener En realidad, calma sus articulaciones, su cuerpo, sus músculos para que puedan seguir con su día después de un abrazo, como el resto de nosotros ".
Una estudiante, Brooklyn Ruecker, que tiene un retraso de desarrollo global. Ella normalmente utiliza la silla una vez en la mañana y en el almuerzo.
"Después, Brooklyn es más tranquila y se puede llevar su jornada de manera diferente y con mayor eficacia."
Los estudiantes se sientan en una silla cómoda y bajan una bolsa de aire sobre su pecho. Se expande y libera para dar un apretón cómodo.
"Creo que mucha gente podría utilizar esto", dijo Bosley. "Este es el único que existe en este momento."
Bosley no pudo encontrar ninguna silla de compresión mecánica en el mercado.
La idea fue tomada de la famosa obra de Temple Grandin en cómo la presión puede ayudar a las personas con autismo. Grandin tiene autismo , y observó cómo se calmaba el ganado en una manga de compresión. Ella creó su propia "caja de abrazo" donde puesta en cuclillas y se aprietan entre dos placas acolchadas.
Traducido por ASPAU.
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