domingo, 22 de noviembre de 2015

MUÑECA DOWN, ¿INCLUYENTE O EXCLUYENTE?



Hace un par de semanas en los Estados Unidos se lanzó al mercado el proyecto “Doll for Downs”. La muñeca Down que tanto ha causado sensación en este país no es ningúna novedad en el mercado Hispano, ya que nosotros la conocimos el año 2007 como Baby Down.

Entonces se predijo que la muñeca revolucionaría el mundo y que con su aparación contribuiría a la nor
malización del síndrome de Down, la pregunta de entonces es la misma de hoy: Si queremos normalizar el síndrome de Down y crear formas de crear conciencia, ¿porqué etiquetamos como “Down” a nuestros propios hijos?

Muñeca Down. Lo bueno y lo malo.

Lo bueno.

Son lindas, perfectas y realistas.
Los detalles las hacen únicas: Pies pequeños, ojos almendrados, e incluso una cicatriz en el pecho de cirugía a corazón abierto.

Son ideales para cualquier niño, con el objetivo de “normalizar” las características físicas y la belleza individual de las personas con síndrome de Down.

Respeto y admiro a las madres apasionadas que buscan modos de motivar a los demás a creer que los cambios son posibles cuando trabajamos a favor de normalizar la percepción de la discapacidad.

También me encanta ver las publicaciones en diferentes medios de prensa, pero sobre todo, aprecio enormemente la evolución de muchos escritores, blogueros y medios en general, que finalmente han aprendido a expresarse correctamente de las personas con síndrome de Down, utilizando a la persona primero.

Lo malo, tanto de las Dolls for Downs como de las Baby Down:

Me preocupa el nombre que se ha utilizado para encasillarlas, ya que estoy totalmente en contra de las etiquetas que definen a las personas por su discapacidad.

Nuestros hijos nunca tendrán la oportunidad de ser considerados personas antes que nada si las seguimos llamando “Down” Si seguimos promoviendo la idea de que existe “gente down” “niños down” y “muñecas down”, no esperemos que el mundo cambie a su favor.

Llamar a la muñeca “Doll for Downs”, “Baby Down” o “Muñeca Down” limita su belleza y su capacidad. Se escucha como que solo los “Downs” pueden querer una de estas muñecas y encontrarla linda; cuando en realidad en este mundo no existen los down, en cambio personas con síndrome de Down. Esta muñeca, como cualquier persona con síndrome de Down, tiene la capacidad y las virtudes para ser considerada un regalo para cualquier padre cuando llega como un hijo, o para cualquier niño cuando se le regala un juguete.

Soy madre antes que nada y respeto a todas las madres, ya que desde el corazón comprendo los retos de criar hijos típicos, y más aún de criar uno con algún tipo de discapacidad o dos como es mi caso, y quizás más.

Compraría esta muñeca con gusto para los hijos de mis amigos, para mis sobrinos, sobrinas y cualquier otro niño; pero realmente creo que la muñeca necesita un nombre, un nombre tan “típico” como el que tiene cualquier otra muñeca en el mercado.

Comprendo que el marketing no es una tarea sencilla y que incluso a veces, hasta el mundo online nos empuja a etiquetar a nuestros hijos para llamar la atención. Etiquetas sociales como #down #discapacitados#niñosdown #padresdown, etc. Pero es muy importante cambiar esta mentalidad y ayudar a los demás a evolucionar mentalmente para que entiendan que nuestros hijos son primero personas, y no todo lo relacionado a ellos se limita a una condición.

Me encantaría ver a esta linda muñeca entre las demás en la sección de juguetes sin etiquetas de ningún tipo. Sería lindo ver a los niños y a las niñas eligiendo esta muñeca porque les gusta, y les recuerda a un compañero, o porque se parece a un amigo. O quizás porque con su cicatriz en el pecho los inspira a luchar y a respetar el esfuerzo que hacen los demás.

Espero que esta muñeca se convierta en una herramienta que toque vidas para crear conciencia y para ayudar a la gente a entender que no se necesita vivir con un cromosoma demás para querer comprar una muñeca con síndrome de Down. Lo único que necesitamos entender es que todos somos más parecidos que diferentes, y que todos tenemos importantes lecciones para compartir y aprender de los demás.

El año 2007 cuando está muñeca se lanzó al mercado, la nota del periódico El país hizo este comentario de cierre “La acogida de Baby Down ha sido muy buena, tanto que ha desbordado las expectativas de los distribuidores, ha afirmado la representante de Superjuguete, que ha precisado que desde que se supo la existencia del muñeco no han parado de recibir llamadas para realizar encargos, sobre todo de Andalucía.

Estamos en el año 2013 y la muñeca ni se hizo famosa ni generó dividendos, por eso ya no está a la venta a pesar que varias veces se la ha intentado volverla a introducir.

El problema no es la muñeca, sino el modo en que tratamos de introducirla al mundo.

El problema no es el síndrome de Down, sino la confusión que nos hace ver primero el síndrome en vez de al ser humano.

Para entender la importancia del “lenguaje en primera persona” dale un vistazo a esta guía de lenguaje cortesía del Congreso Nacional del síndrome de Down de Estados Unidos. Primero personas, niños, humanos. Eso es celebrar la vida!

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