domingo, 15 de noviembre de 2015

«No me estresa ser autista, el problema es salir a la calle»

Mario Grueiro explicó desde su experiencia personal cómo sienten y piensan las personas 

que padecen este trastorno

lugo / la voz, 15 de noviembre de 2015. Actualizado a las 05:00 h. 0
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Mario Grueiro en un momento de la conferencia.
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La Casa do Saber acogió ayer una charla de Mariano Grueiro, un joven de 39 años al que le diagnosticaron autismo hace menos de un año. Emocionó al público de la sala tras explicar, desde su experiencia personal, cómo sienten las personas que padecen este trastorno. La ponencia se dividió en tres partes y estuvo acompañada de proyecciones de películas y spots, que le sirvieron al ponente para explicar este trastorno. Mariano Grueiro, quien de pequeño percibió que funcionaba de forma distinta al resto de personas, dijo que no le da ansiedad ser autista e indicó que el problema es salir a la calle porque la gente no entiende a personas con este trastorno.

Fue consciente de su trastorno desde muy pequeño

Con tan solo cinco años Mario Grueiro se dio cuenta que percibía de forma diferente a las personas de su alrededor. Dos años después aseguraba que funcionaba distinto a los demás y es entre 2007 y 2008 cuando sabe que tiene este trastorno. En 2010 se acepta como persona con autismo y entre 2014 y 2015 le diagnostican este trastorno.
Durante la conferencia explicó que los dos principales problemas con los que se encuentran los autistas son: la hipersensibilidad sensorial, es decir, percibir más de lo normal y la prosopagnosia, un trastorno que impide recordar las caras conocidas porque el cerebro no es capaz de interpretar la información que recibe a través de la vista. Añadió que si al impartir una ponencia percibe olores o texturas diferentes le hacen cambiar el volumen y el tono de velocidad, de ahí, que en algunos momentos de la charla se tomase unos minutos de descanso.
Mario Grueiro manifestó que la gente con autismo no es agresiva, que tan solo quiere comunicarse y que cuando no les entienden, gritan. «Nosotros queremos comunicarnos y nos ponemos a gritar porque la gente no nos comprende», explicó Grueiro, quien añadió que cuando está muy tenso o muy cansado, su lenguaje verbal va a menos. En relación a estos problemas, explicaba que la gente con autismo no era capaz de hacer varias cosas a la vez debido a la baja psicomotricidad y aclaró que muchas veces están desesperados pero que no son agresivos. «Si queremos procesar nuestro cerebro se bloquea», comentaba.
No ve justo que sometan a las personas con autismo a una medicación muy fuerte y luego las aten a las camas de los hospitales. Lucha para que la sociedad comprenda a las personas con este trastorno y no se les mire como robots o personas raras y extrañas.

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