Las que representan al colectivo alertan de que la medida empeorará la calidad de vida de los afectados
valencia. Distintas asociaciones defensoras de los derechos de los enfermos mentales se manifestaron ayer en Valencia para mostrar su rechazo a la intención del Consell de aprobar mediante una ley el copago en centros y servicios residenciales y de rehabilitación, después de que el Tribunal Superior de Justicia anulara el decreto que regulaba estas aportaciones.
La acción fue convocada por la Plataforma en Defensa de la Salud Mental Pública de Valencia, la asociación para la Salud Integral del Enfermo Mental (Asiem) y la asociación Española de Neurpsiquiatría (Aen). Durante el acto, los asistentes rodearon la zona peatonal de la plaza del Ayuntamiento con una tela verde para reclamar los derechos de este colectivo. Además se leyó un manifiesto titulado 'Abramos mentes, cerremos estigmas'.
El presidente de Asiem, Gonzalo Nielfa, aseguró que han «luchado contra el copago en centros y servicios de rehabilitación y reinserción social» y valoró como una «victoria» la sentencia contra el decreto, que suponía una aportación de entre cien y 600 euros mensuales para los mayores y discapacitados atendidos en recursos específicos.
También lamentó que la Conselleria de Bienestar Social les haya enviado un escrito «regodeándose» de que tras el fallo impulsarán la medida a través de una ley. Asimismo, mostró su «miedo» a que el copago continúe aunque se produzca un cambio de gobierno debido a la falta de fondos en las arcas públicas. Como apuntó, su aplicación en los centros de rehabilitación y reinserción de enfermos mentales graves podría hacer que estos dejaran de acudir, lo que empeoraría su calidad de vida. Por último, alertó de que se puede dar la paradoja de que incremente el gasto, en el sentido de que podría ocasionar más atenciones en los servicios hospitalarios.
Por otra parte, lamentó que en la Comunitat Valenciana no exista «un verdadero tratamiento para las personas con enfermedad mental grave», ya que «no basta con la farmacología». Por ello reivindicó «un tratamiento multidisciplinar» que siga «de verdad» lo que está demostrado científicamente que mejora la calidad de vida de los afectados, como sucede con los tratamientos biopsicosociales comunitarios.
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