Aunque muchas son las necesidades de esta familia, Bertilda no vacila en afirmar que la prioridad es el tratamiento que procuren por la rehabilitación de sus tres pequeños. // JULIO CASTAÑO - EL UNIVERSAL

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Ni un guión de telenovela encerraría tanto drama como la historia de vida de Bertilda Berrío Blanco.

La mujer, de 33 años, ha tenido que afrontar una lucha incansable por sacar adelante a sus 5 hijos, tres de ellos con parálisis cerebral.

No se sabe si por causas genéticas u otro factor indeterminado, lo cierto es que Sebastián, de 7 años, y los gemelos Isaac y Osmel, de 10, padecen este trastorno.

Ha sido una batalla diaria, con sacrificios, limitaciones y renuncias para mantener a sus hijos con los que reside en el sector 19 de febrero del barrio El Pozón. Y especialmente una contienda solitaria y a destiempo, casi una carrera contra la muerte.

“El padre de los 3 niños (hombres) me abandonó cuando tenía 8 meses de embarazo de mi hijo Sebastián”, relata Bertilda.

De sus otras dos parejas, con quien tuvo a dos niñas dice no saber nada.

Aunque asegura que siempre le ha gustado trabajar, el cuidado de los niños le demanda mucho tiempo y esfuerzo por lo que sólo logra salir de su casa a trabajar haciendo aseo en una casa de familia durante 1 o 2 días a la semana.

“Lo hago cuando mi hija mayor está libre y puede ayudarme a cuidar a los niños. Casi siempre los domingos”, agrega.



Embarazo precoz

Su hija mayor vive una historia similar.

Con tan sólo 15 años, ya tiene 5 meses de embarazo y desde hace varios asume responsabilidades propias de adultos como el cuidado de sus hermanitos.

La adolescente fue acogida por la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar (que ayuda con capacitaciones, talleres y cuidados a madres tempranas y niños de bajos recursos).

Por eso asiste durante la semana a este centro en donde empezó a formarse en bisutería.



Necesidades

“Cuando tuve a Sebastian empecé a cuidarme para no quedar nuevamente en embarazo y adelanté los trámites para desconectarme... pero salí embarazada. Por mi situación, mi hermana me propuso quedarse con la última niña que tuve, me tocó desprenderme de ella. Hace 2 años y medio que no la veo porque está en Palo Alto, Sucre”.

De esta manera relata Bertilda la concepción de la menor de sus hijos, una niña que actualmente tiene 6 años y de la que a pesar de todo le dolió entregarla al cuidado de su hermana.

De los padres de la entrevistada se supo que murieron cuando ella tenía 6 años. “Primero murió mi papá y a los 3 meses murió mi mamá de un derrame cerebral”.



Apoyo social

Muchas son las necesidades de esta familia que habita arrendada en una pequeña vivienda de no más de 4 x 4 metros en el barrio El Pozón.

Sin embargo, al instar a Bertilda a que priorice esas necesidades no vacila en afirmar: “lo que más me da tristeza es no haber podido brindarle a mis hijos todo la atención, cuidados y cosas que requieren”.

El tratamiento, nuevas sillas de ruedas adaptadas pues las que tienen hace al menos 8 años están desgastadas, una estufa, una licuadora y una nevera, son algunas de las cosas que más le urgen a esta familia.

Intentando continuar el tratamiento de sus pequeños precisamente, fue que Bertilda perdió la nevera hace 7 años: “la empeñé pero no pude recuperarla”, lamentó la mujer.

Bertilda sigue relatando y las situaciones difíciles en su vida parecieran de nunca acabar, todo esto y más hacen a esta desesperada madre contar hoy su historia, “por eso pido ayuda a esas personas de buen corazón”, concluye.

Quienes deseen colaborarle de algún modo a esta madre pueden comunicarse a los celulares: 3004331850 – 3135605543 - 3114131757.