Estimado Donald Trump,
Mi hijo menor tiene autismo. Tiene 10 años ahora y lo lleva realmente bien, pero de vez en cuando todavía aletea con las manos cuando está nervioso de verdad por algo. A parte de eso, somos realmente afortunados porque él es de muy alto funcionamiento. La mayoría de veces, la gente ni siquiera sabe que mi hijo tiene una discapacidad porque ha progresado mucho. Mi marido, mis otros hijos y yo misma sonreímos con su aleteo de manos porque pensamos que es bonito. Es solo el modo en que expresa su nerviosismo. Pero en el fondo tengo un nudo en el estómago por eso porque me doy cuenta de que cualquier día puede hacer eso en público, en el autobús, quizá en el colegio, y sé que algunos niños pueden reírse de él. Se me rompe el corazón solo de pensarlo. Pero yo no puedo estar en todas partes para protegerle de los acosadores que se puedan burlar de su discapacidad. Solo puedo mantener la esperanza de que otros padres por ahí hayan educado a sus hijos para que sean fuertes y valientes y les hayan enseñado a defender a un chico del que se están riendo (o algo peor) por su discapacidad.
No me dé excusas, señor Trump. No quiero oírlas. Usted sabía que aquel periodista era discapacitado y deliberadamente se burló de su discapacidad física delante de una multitud de personas para denigrarle y menospreciarle y obtener así algunas carcajadas. Usted no es más que un gran acosador de patio de colegio y deseo de todo corazón que el país le vea ahora como lo que realmente es.
Le enseñé a mi hijo, el que tiene autismo, el vídeo donde sale usted mofándose de ese reportero y, ¿sabe lo que dijo?
“Eso no es bonito”
Quizá debería usted aprender una lección de él. Es bastante listo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario