martes, 19 de enero de 2016

SATURACIÓN



Cuando llevas demasiado tiempo aguantando, tragando, haciéndote la dura, tarde o temprano explotas.
Cuando tienes la necesidad de ir por la vida peleando con todas las instituciones, luchando con uñas y dientes por conseguir para tu hijo los mismos derechos que tienen todos los demás, al final colapsas.
No somos supermadres, no tenemos superpoderes.
Tenemos las mismas necesidades y dificultades que cualquier madre, con la "leve" diferencia de que además, tenemos que lidiar con las necesidades especiales de nuestros hijos.
El autismo se lleva nuestra energía, nuestras ilusiones personales. Te va aislando de amistades y familiares y ves reducido el círculo social.
El autismo te condiciona, te cambia la vida. Buscas información, conciencias a todo el que demuestra interés, y al que no, también. Lees blogs, libros, hablas con otras familias, hablas con profesionales a los que, tras años en el tema, llegas a superar en conocimientos.
Pero cuando llegas a colapsar, es el momento de detenerse y pensar: ¿puedo cuidar de mi hijo si no sé cuidar de mi misma?
Se habla mucho de cuidar al cuidador, de respiro familiar, de apoyo a las familias... blablabla.
Pero a la hora de la verdad, muchas familias nos vemos absolutamente solas y desamparada por parte de las instituciones. No tenemos apoyos ni nadie que nos cuide. Los Servicios Sociales no disponen de recursos para ayudarnos en muchas comunidades. Los psicólogos de la seguridad social no dan a basto. Los privados son inviables cuando no te llega ni para pagar las facturas, así que solo nos queda reventar a llorar hasta exprimir los lagrimales y ya no quede ni una gota. Y luego, respirar hondo, mirarte al espejo y decir: PUEDO CON ESTO.
Se agradecería un poco de consideración por parte de los que mandan. Piensen en las familias que afrontamos el cuidado de hijos "Grandes Dependientes".
No podemos más.
Nos están matando.

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