viernes, 29 de enero de 2016

Aimar sólo quiere ir al cole con sus compañeros


Hace apenas tres semanas que concluyeron las vacaciones de navidad y los niños volvieron a cagar en sus mochilas libros y cuadernos. Sin embargo, para Aimar nada ha cambiado. Después de cuatro meses del inicio del curso escolar, este tordesillano de 13 años continúa sin poder ir al colegio.

Aimar, tan sonriente como siempre.
Todo listo. En casa de Remedios, la radio está enchufada y Aimar ya se muestra ansioso. Falta poco para que las voces de sus compañeros se propaguen a través de las ondas… “¡Ahí están!”. “!Sí, sí, son ellos!” Sus amigos del colegio participan en un programa de radio de la localidad vallisoletana de Tordesillas. Aimar sonríe y presta suma atención. Cuánto les echa de menos… 
Hacía mucho tiempo que Aimar no escuchaba esas voces. Ya han pasado más de cuatro meses desde que se inició el curso escolar y no ha podido acudir aún al colegio. El niño, de 13 años de edad, tiene un grado de discapacidad del 99% y precisa cuidados continuos debido a su problema pulmonar derivado de su patología neurológica. El servicio de Neumología Infantil del Hospital Universitario de Salamanca, según asegura a Toigo Radio Remedios Navas, madre de Aimar, consideró la necesidad de disponer de un servicio de enfermería en el colegio en el que está escolarizado Aimar para “controlar la saturación de oxigeno, suministrar los antibióticos, decidir sobre la cantidad de oxigeno que debe recibir, manejar su alimentación a través de gastrotomía o requerir su asistencia urgente hospitalaria”.
El informe prescribiendo este servicio fue entregado en el mes de septiembre al propio centro escolar, el cual inició los trámites para efectuar dicha petición a la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León. Sin embargo, los padres del niño recibieron una contestación “verbal a través del equipo psicopedagógico del colegio” que negaba la posibilidad de contar con el servicio de enfermería solicitado. “No sé por qué. La escuela ya debería contar con este servicio. Aimar está acudiendo a un Aula Sustitutiva de Centro de Educación Especial, por lo que hay más niños con necesidades que se beneficiarían de esta prestación”, explica Remedios.
En aquel entonces, la Consejería de Educación propuso a la familia matricular a Aimar en un colegio de Educación Especial en Valladolid, solución para la cual “era inviable” que el gobierno autonómico proporcionara el transporte desde Tordesillas a este centro escolar. Asimismo, también planteó la opción de que Aimar ingresara en una casa-cuna de lunes a viernes en Valladolid y evitar así el desplazamiento diario. Sin embargo, Remedios rechazó ambos ofrecimientos, ya que considera que la educación especial es “exclusiva” y que “lo mejor para estos niños es una educación inclusiva, que tengan relación con los demás niños, que es lo que más les estimula. Tampoco es bueno que el niño se despegue de su familia durante toda la semana, no tiene por qué, hay que mirar por el bien del niño, y el bien del niño es estar en su pueblo junto a sus compañeros como ha estado hasta ahora”.
Tras remitir esta misma petición por escrito a la Junta de Castilla y León, “un mes después” la directora provincial de Educación contestó a los padres de Aimar con una tercera posible alternativa. “Otra de las opciones es la educación domiciliaria. Cuando el niño no puede ir al colegio durante una temporada porque está enfermo, el gobierno autonómico dota a las familias de un profesor que va a casa dos días a la semana durante dos horas; pero mi hijo no está enfermo como para no poder ir al colegio, no entienden que una discapacidad no significa estar enfermo, mi hijo necesita unos apoyos”, indica Remedios.
Por su parte, el propio Ayuntamiento de Tordesillas presentó una moción aprobada por todos los gruposinstando a la Junta de Castilla y León a proveer de este servicio sanitario a todas las aulas sustitutivas del medio rural “para que los niños de estas localidades tengan la misma igualdad de oportunidades y no se les discrimine por su lugar de residencia ni condición”, explica Remedios. Sin embargo, ésta petición fue desestimada.
“No existe voluntad de cambio por parte de los responsables de esta comunidad y tienes la impresión de ser invisible, pero hay que seguir intentándolo”, lamenta la madre de Aimar, aunque ella no se rinde. Tiene fuerza para rato. De hecho, ha iniciado una recogida de firmas a través de change.org  denunciando que a Aimar, y a otros tantos como él, se les prive del derecho fundamental de ir a la escuela “por precisar unos apoyos sanitarios”. Además, habrá una movilización el 2 de febrero en la Plaza Mayor de Tordesillas y, un día después, el día 3, se realizará una concentración a las puertas de la Consejería de Educación en Valladolid para pedir el derecho de Aimar a una educación “como la de cualquier otro niño”.

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