miércoles, 27 de enero de 2016

Historia de un joven feliz

Historia de un joven feliz Pau es un joven muy especial. Tiene una sonrisa que se le ilumina el rostro cada vez que le pasa algo bueno en la vida y les podemos asegurar que le pasan muchas. Él no tuvo suerte cuando nació y una parálisis cerebral le impide disfrutar de la autonomía de cualquier joven de su edad. Necesita ayuda para realizar muchas de las rutinas diarias de la vida, se alimenta mediante una sonda gástrica, está anclado a una silla de ruedas y sus movimientos son más bien limitados. Aunque no se comunica con palabras nos entendemos con intensas miradas que nos deslumbran cada vez que intenta decirnos que nos estima. Pero, eso sí, nada le impide soñar. Una mañana de otoño, la fisioterapeuta del centro de educación especial donde él asiste a diario y dónde tiene muchos amigos que se lo estiman, lo puso encima de un triciclo adaptado para probar de estimular sus movimientos y, sorprendentemente, empezó a pedalear. Fue capaz, sin ayuda, de accionar aquel aparato que lo acercaba a la libertad y él que era consciente, llamaba emocionado y se reía sin cesar. La expresión de su rostro lo decía todo, no hacían falta más palabras. El vídeo de aquel fascinante episodio llegó a la familia y era tan emocionante ver en Pau realizar aquellos maravillosos movimientos que compartieron su entusiasmo con todos aquellos que podían valorar su esfuerzo. Toda la familia quedó sorprendida en aquel momento y, conscientes de cómo de costoso es cualquier material que proceda de una ortopedia, se pusieron a pensar la manera de conseguir este “juguete”. Por el mes de diciembre, su tía Montse tuvo una gran idea y la compartió con una buena amiga de la familia, Mari Carmen, que empleando sus magníficas palabras escribió una emocionante carta a los Reyes Magos solicitando a sus Majestades un triciclo adaptado que le permitiera ejercitar su fastidiada musculatura en casa. La enviaron con mucha ilusión por las redes sociales y lo más sorprendente fue que a los pocos días recibieron respuesta. La magia de la Navidad había hecho efecto. Sus Majestades no vivían al Oriente sino en Ibi (Alicante), tampoco traían coronas en la cabeza, pero sí una gran cantidad de ilusión y entusiasmo en el corazón y no eran tres sino cuatro, cuatro hermanos generosos propietarios de una empresa familiar “Plásticos 2 Índen” que acostumbran a ayudar los demás mediante proyectos solidarios contribuyendo así a la construcción de una sociedad más cooperativa, más respetuosa y más digna. Cuando se enteraron de esta increíble historia decidieron accionar todos los mecanismos necesarios para ayudar a su tía. Se pusieron en contacto con la escuela y la fisioterapeuta los orientó sobre donde podían conseguir la bicicleta y qué adaptaciones necesitaba para poderla accionar. Esta tenía que recorrer un largo camino puesto que estaba fabricada en los Estados Unidos de América y las últimas adaptaciones se tenían que hacer en la ciudad de Alcoi. El día de Reyes, los pajes pasaron de largo por delante de su casa y él, como otros años, borró la ilusión. Cuando hoy ha sonado el timbre de la puerta de casa, la última cosa que Pau se esperaba era encontrarse frente a frente con los mismos Reyes Magos que le traían su flamante triciclo. Superado el shock del primer momento, se ha puesto a llamar emocionado y aunque no ha sido capaz de recorrer un trayecto muy grande, ha podido agradecer con sus enormes ojos color almendra todo el que estas generosas personas habían hecho por él. Todos los allí presentes nos hemos emocionado pensando que alguien que no tiene ningún vínculo afectivo con nosotros era capaz de simpatizar con nuestra problemática y regalarnos de manera totalmente altruista tanta felicidad. Esta noche Pau no podía dormirse de tanta emoción como sentía. En medio del silencio de la noche escuchábamos las inmensas risas que obsequiaba a los Reyes mientras recordaba todo el que había vivido en esta inolvidable y mágica tarde. Os aseguramos que cuando ha sido capaz de cerrar los ojos dibujaba en su sencillo rostro una enorme sonrisa. De seguro que soñará que vuela a caballo con aquella preciosa bicicleta de color chicle/menta que ustedes le han regalado. Esta es una prueba palpable de que la solidaridad habita al corazón de las personas. Hoy Amparo y sus tres hermanos nos han dado una lección de humanidad puesto que han regalado en Pau mucho más que una bicicleta, le han regalado un sueño. Con gestos como estos comprobamos emocionados que en el mundo hay personas buenas, de gran corazón que comparten con los demás el fruto de su trabajo y escriben en mayúsculas la palabra Generosidad. Muchas gracias por su sencillez, por su solidaridad, por su buen hacer, por su humanidad y especialmente por hacer realidad un sueño, su sueño, nuestro sueño, ayudar a Pau a ser mucho más feliz. Cocentaina a 26 de enero de 2016

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