 | | Como ya sabéis, yo no soy nada burgalesista, me gusta mirar para fuera. Pero casualmente la actualidad me lleva a hablar con orgullo de mis vecinos y vecinas del barrio de Gamonal. Este orgullo no es solamente general, como persona harta de caciquismo inmobiliario y arrogancia del P.P. burgalés, sino también como activista de la dependencia y la discapacidad. Me explico.
Llevo casi 17 años intentando que las asociaciones oficiales de mi ciudad y provincia tome conciencia política y no se comporten de forma clientelista con el poder político local. En todo ese tiempo solamente he recibido negativas, en forma de “política no”, risitas de incomprensión o indignación y acusaciones de “rojo peligroso” que violenta la paz del feliz asociacionismo burgalés. Mientras esto ocurría veía como esas mismas asociaciones premiaban a los políticos del PP que recortan servicios sociales mientras gastan dinero en estatuas de bronce en homenaje a las “mujeres guapas con discapacidad” , o hacen socios de honor a corruptos condenados como Miguel Méndez Pozo. ¿”Política no”?, extraña forma de demostrarlo.
Después de todo esto, el otro día me encuentro con la Gerente de la Federación que reúne a estas asociaciones y descubro con estupor y vergüenza ajena que ¡no sabía que se había producido un recorte del 90% en la prestación de dependencia! Pues bien, días después oigo y veo en una televisión de ámbito estatal que una mujer humilde de un barrio obrero, el barrio de Gamonal, pide al Ayuntamiento de Burgos que dedique ese dinero del bulevard a la ayuda a domicilio y a las personas con discapacidad. La mujer dijo “a los discapacitados”, pero la perdono de buen grado la incorrección política, más incorrecto es hacerte una estatua mientras te dejan tirado.
Esto, aparte de hacerme desconfiar aún más del asociacionismo oficial, me devuelve la esperanza en el ser humano. Una mujer que no sabe lo que es COCEMFE, FEAPS, CNSE, PREDIF, ASPAYM o CERMI, tiene más claras las necesidades de las personas con discapacidad que sus dirigentes, los cuales actúan como nuestros representantes ante las autoridades. Visto lo visto, prefiero asesorar políticamente a los vecinos y vecinas de Gamonal, y así lo hice, comunicándoles las necesidades sociales de mí colectivo.
Por último, quiero aclarar la diferencia entre el 15M y las reivindicaciones realistas y concretas de las gentes de un barrio obrero. No quieren cambiar el mundo con slóganes rimbombantes y batucadas infantiles, solamente quieren lo mejor para sus vecinas y vecinos. Así, sí.
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