El Estado del Bienestar pierde mil millones

Los presupuestos destinados a Sanidad, Educación y servicios sociales se recortan para pagar la deuda y cumplir el déficit - Copago, aumento de tasas y recortes de servicios son la norma

20.01.2014 | 05:30

SERGI PITARCH | VALENCIA El golpe que la crisis ha propinado a las familias ha sido directamente proporcional al que ha asestado a los ingresos públicos. Esta situación ha provocado una disminución paulatina de los recursos dedicados a las consellerias llamadas sociales, Educación, Bienestar Social y Sanidad. Así, según los proyectos de presupuestos de la Generalitat de los últimos años, mientras en 2009 estas partidas alcanzaron los 10.523 millones, en 2013 la cifra prevista, que muchas veces varía de la ejecutada, cayó a los 9.773, según la información hecha pública por los sucesivos Consells. Este recorte global generó un verdadero terremoto en los servicios sociales y sacó a muchos colectivos a la calle.

Para 2014 el Consell tiene previsto destinar a estas tres consellerias 10.088 millones, más que en 2013 pero todavía 700 millones menos que en 2012. Además, la oposición ha criticado muy duramente que parte de los presupuestos se utilizaran para pagar atrasos de años anteriores y no para el día a día. Los distintos planes de proveedores y fondos de liquidez prestados por el Gobierno central han aliviado un poco la situación de las empresas de este cuarto sector, aunque la caída de servicios en Sanidad, Bienestar Social y Educación no tiene vuelta atrás.
El debate abierto en los últimos meses sobre el modelo de financiación ha revelado que las transferencias del Estado a la Comunitat Valenciana cubren poco más del 80 % de los presupuestos sociales, por lo que la autonomía tiene que endeudarse para cubrirlos. En la época de bonanza y con los ingresos derivados de los impuestos que cobra la Generalitat sí que se podía cubrir por parte de la administración autonómica, pese a que ya hubo un gran endeudamiento, pero en la actualidad es imposible cubrir hasta algunas necesidades básicas.

Pero estos 1.000 millones recortados sobre el papel acaban teniendo consecuencias en las calles, los hospitales y los colegios. Los jubilados pagan desde el pasado año un 10 % de todas la medicinas que antes entraban en la Seguridad Social, el llamado copago farmacéutico, o los trabajadores hasta un 50 %. En algunos casos no afecta directamente pero en muchos, supone una parte importante de la nómina o la pensión. Los inmigrantes deben correr con los gastos de los medicamentos que les suministran en los hospitales valencianos y el número de médicos ha descendido en mil en un año, según denunció el Consejo Económico y Social de la Comunitat Valenciana en un informe.

Lo que también se ha reducido en los últimos cuatro años son los profesores de Infantil, Primaria y Secundaria. Según la Sindicatura de Cuentas, en la Comunitat Valenciana entre 2009 y 2012 se destruyeron 6.000 empleos de docentes públicos. Esto lo ha facilitado el aumento de los ratios en las aulas a 30 alumnos, lo que provoca que la educación sea menos individualizada y la presión sobre el maestro mayor, según los sindicatos. Las becas de libros, el conocido como Bono-libro, ha desaparecido y se financian solo en casos de extrema necesidad, según explicó la consellera de Educación, María José Català, y las tasas universitarias en las universidades de la Comunitat Valenciana se han encarecido un 43 %, una media de 350 euros más. En la actualidad es muy complicado acceder a las becas de comedor, en algunos casos de extrema pobreza la única comida de los niños al día, según las denuncias de las ONGD.

La introducción del copago en las residencias de mayores ha sido un duro golpe para muchos pensionistas. En algunos casos el 90 % de sus ingresos se van a abonar la estancia en estos centros. Los centros, y los retrasos, han afectado a empresas y asociaciones que en muchos casos han visto como los conciertos se convertían en subvenciones. Una manera para que la conselleria no se comprometa a largo plazo con las entidades.