Las personas con discapacidad, así como muchos ancianos, necesitan de un apoyo para poder realizar las tareas cotidianas. Por este motivo surge la figura del cuidador, que bien puede ser un profesional, auspiciado por la ley de dependencia, o bien puede ser un familiar que dedica parte de su tiempo al cuidado del enfermo crónico, hecho este que en la práctica es el más extendido.
El perfil medio del cuidador de un enfermo crónico se corresponde a una mujer de entre 45 y 60 años. Normalmente vinculada familiarmente puesto que suele ser la hija o la madre del enfermo y que dedica más de 40 horas semanales al cuidado del mismo.
Este cuidado sostenido somete al cuidador a un desgaste tal, que le hace enfermar y se convierte en un enfermo oculto, puesto que además de llevar las responsabilidades y la vigilancia del enfermo, se añade el sufrimiento que conlleva ver el deterioro del ser querido.
¿Cuales son los síntomas del cuidador enfermo? Los primeros indicios que aparecen son:
En primer lugar aparece una agresividad sostenida contra los demás miembros de la familia puesto que siguen con su vida y son capaces de continuar con sus funciones a pesar de tener un enfermo crónico en casa.
A medida que pasa el tiempo, el cuidador comienza a asumir cada vez más responsabilidades con la persona enferma, ya que cree que los demás cuidadores lo “hacen mal” por lo que por un lado siente que están abusando de él y que los demás no son responsables y por otro lado, esto sume al cuidador en un aislamiento progresivo y en una pérdida de autonomía para hacer actividades personales como relacionarse con sus amigos, realizar sus obligaciones laborales, cuidado del aspecto físico...
Toda esta situación va a llevar a la persona a una serie de problemas en diferentes planos de su vida:
El perfil medio del cuidador de un enfermo crónico se corresponde a una mujer de entre 45 y 60 años. Normalmente vinculada familiarmente puesto que suele ser la hija o la madre del enfermo y que dedica más de 40 horas semanales al cuidado del mismo.
Este cuidado sostenido somete al cuidador a un desgaste tal, que le hace enfermar y se convierte en un enfermo oculto, puesto que además de llevar las responsabilidades y la vigilancia del enfermo, se añade el sufrimiento que conlleva ver el deterioro del ser querido.
¿Cuales son los síntomas del cuidador enfermo? Los primeros indicios que aparecen son:
En primer lugar aparece una agresividad sostenida contra los demás miembros de la familia puesto que siguen con su vida y son capaces de continuar con sus funciones a pesar de tener un enfermo crónico en casa.
A medida que pasa el tiempo, el cuidador comienza a asumir cada vez más responsabilidades con la persona enferma, ya que cree que los demás cuidadores lo “hacen mal” por lo que por un lado siente que están abusando de él y que los demás no son responsables y por otro lado, esto sume al cuidador en un aislamiento progresivo y en una pérdida de autonomía para hacer actividades personales como relacionarse con sus amigos, realizar sus obligaciones laborales, cuidado del aspecto físico...
Toda esta situación va a llevar a la persona a una serie de problemas en diferentes planos de su vida:
- A nivel físico, se sufren dolores de cabeza, y tensión muscular, cansancio persistente...
- A nivel psicológico, se sufre depresión, trastornos del sueño y de la alimentación, ansiedad, depresión, falta de concentración...
- A nivel social: disminuye de forma acusada el tiempo libre, aislamiento, pérdida de contacto social...
- A nivel laboral: disminución del rendimiento, desinterés por el trabajo, absentismo laboral...
Para evitar caer en este síndrome es imprescindible planificar el futuro de la persona dependiente y el de la propia familia, cuales son los cambios que va a haber para todos y cada uno de los integrantes de la familia.
También es necesario planificar y adjudicar las tareas y responsabilidades de cada persona en cuanto al cuidado del enfermo, para evitar sobrecargas de trabajo en una sola persona.
También es necesario planificar y adjudicar las tareas y responsabilidades de cada persona en cuanto al cuidado del enfermo, para evitar sobrecargas de trabajo en una sola persona.
- Se debe evitar caer en la tristeza por la situación en la que se está, al igual que se debe evitar la culpabilidad por la comisión de errores en el cuidado del enfermo.
- Es importante tomarse el tiempo suficiente para uno mismo, y esforzarse en conservar la propia salud, haciendo los reconocimientos necesarios y consultando con el médico cualquier cambio que notemos. Es igual de importante tomarse tiempo para mantener a un buen nivel las relaciones personales, quedar con amigos, familiares, unirse a grupos con los que se tengan intereses comunes y así poder seguir haciendo actividades que le gusten como ir al cine, al campo, etc.
- Es necesario reservar un tiempo semanal para poder hacer actividades que sean interesantes como ir a clase, leer, pasear, tomar clases de canto...
- Es fundamental ser positivo y ejercitar la risa, el amor y la alegría, no se debe sentir culpabilidad por sentirse feliz en algunos momentos del día y de poder disfrutar. Cuidar a la persona no debe convertirse en una actividad que inunde toda la vida, es necesario que se mantenga una actitud positiva, ya que eso ayudará a sobrellevar la situación y trasladará esa emoción positiva al enfermo.