Tener una mascota, ya sea un gato, un perro o cualquier otro animal lanudo, es un gran modo de hacer feliz a alguien. Dar la posibilidad a una persona afectada emocionalmente por una discapacidad de sentirse bien con ella misma es muy importante.
Cuando una persona sufre de una discapacidad, necesita de algo en la vida que la haga sentir bien y muchos animales domésticos son ideales para hacer justamente esto.
Existen entidades especiales que acercan sus animales a las personas discapacidad que viven en una Institución para que puedan compartir un tiempo con ellos. Esto representa una gran oportunidad y las personas podrán disfrutar enormemente la experiencia. Podrán sentarse junto al animal y llevarlo de paseo si así lo desean. Además, podrán jugar con él, abrazarlo y acariciarlo. Estas prácticas generan sentimientos muy especiales tanto para el animal como para la persona. Constituye un buen método de terapia para ambos y puede ayudar a la persona con una determinada discapacidad a recuperar el ánimo y sentirse bien.
Publicado por: Equipo de editores de Lázarum.com
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