viernes, 6 de febrero de 2015

«Nos sentimos desamparados»

Julia alimenta a su hermana Lidia, en cama por la esclerosis múltiple que padece. :: lp
Julia alimenta a su hermana Lidia, en cama por la esclerosis múltiple que padece. :: lp
  • Esta vecina de Sueca sufre esclerosis múltiple, necesita asistencia las 24 horas del día y su familia lucha para que su situación mejore

  • Lidia, con un 79% de discapacidad, cobra sólo 20 euros desde hace dos años

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Lidia Granell, 55 años, de Sueca, discapacidad del 79%, subvención por la ley de la Dependencia: 20 euros. Estos son algunos de los datos que maneja la administración. Pero más allá de las cifras y los trámites burocráticos se encuentra un drama que es el que viven a diario muchas personas dependientes y sus familias por la falta de ayudas.
«Nos sentimos desamparados». Con estas palabras, Julia Granell, la hermana de Lidia, muestra la impotencia que su familia vive desde hace dos años cuando, sin dar explicaciones, la Conselleria decidió rebajar al mínimo la ayuda otorgada a su hermana. Así, pasó de cobrar unos 350 euros mensuales a través de la Ley de la Dependencia a 20 euros a partir de 2013.
«Envié un escrito preguntando el motivo ya que la situación económica de la familia era peor que cuando le concedieron la subvención y nadie me ha respondido, ni me dan citas para hablar con nadie», explica Julia que ayuda a su hermana cada día.
El silencio de la administración aumenta la indignación de esta familia que vive a diario los problemas de tener que hacer frente a una grave enfermedad sin recursos económicos suficientes.
Lidia sufre esclerosis múltiple desde hace 21 años, una enfermedad que se ha agravado de forma sustancial en los últimos ocho años. Esta enfermedad ha provocado que esta vecina de Sueca esté en cama, con una movilidad muy reducida, y tenga graves problemas incluso para comer.
«No puede coger ni un vaso, le tenemos que dar la comida triturada y apenas puede tragar», comenta su hermana, una de las personas que se encarga de su cuidado.
Y es que debido a que la ayuda que recibe es de 20 euros mensuales tienen que ser sus familiares los que se hagan cargo de su cuidado a turnos. Una situación que no es nada fácil y que provoca muchos inconvenientes.
El marido de Lidia trabaja durante todo el día para hacer frente al pago de la hipoteca y de los gastos de la vivienda así como las deudas de un antiguo negocio.
De esta forma, su madre, de 82 años se encarga de acudir por las mañanas a cuidarla y darle de comer, mientras que su hermana lo hace por las tardes. Sólo cuentan con una auxiliar de ayuda a domicilio una hora al día a cargo del ayuntamiento de Sueca.
«Un día que mi madre se puso mala y no podía salir de casa, mi hermana no comió porque nadie pudo ir a darle la comida», cuenta angustiada Julia que ve como pasa el tiempo y los problemas económicos por falta de ayudas no se solucionan.
Los 20 euros que le ingresan a Lidia por su dependencia no dan, por supuesto para pagar a alguien que la asista, pero ni siquiera dan para hacer frente a los gastos habituales de parafarmacia y otras necesidades básicas para su día a día.
«Entre todos los de la familia le compramos las cosas que necesita ya que con el sueldo de mi cuñado sólo tienen para pagar gastos y que no les quiten el piso», apunta su hermana.
Lidia tiene tres hijos, dos hijas que trabajan fuera y el pequeño que está parado y del que se hace cargo su hermana ante la grave enfermedad que padece.
El día a día de esta familia es muy dura ya que se enfrenta a la esclerosis múltiple que va debilitando cada vez más a Lidia pero a la falta de sensibilidad de una administración que dificulta aún más la vida a estas personas.
Una falta de sensibilidad que provoca que esta familia recibiera una llamada solicitando que el cuidador legal de Lidia realizara un curso de formación, a pesar de encontrarse trabajando, ya que está recibiendo una subvención autonómica.
«Nos sentimos indefensos, no sabemos dónde ir para que nos expliquen por qué le han quitado la subvención, ni qué hacer», lamenta Julia Granell que incluso se plantea llevar el caso a los tribunales para buscar una solución a lo que consideran una gran injusticia.
Por su parte, LAS PROVINCIAS ha contactado con la Conselleria de Bienestar Social para preguntar sobre el caso de Lidia y no ha obtenido respuesta.

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