Querida Sara,
Te conocí antes de que pudiéramos conocernos en persona. Una hoja de papel se desvaneció en una carpeta llena de nombres y curriculums, y entre todas esas personas y todas esas opciones, yo te elegí.
Llegaste a mi vida en mi momento más bajo - después de desalentadoras citas con el médico, después de un diagnóstico falso, después de las pruebas genéticas. Tu entraste en mi mundo cuando no tenía más que lágrimas, dolor, angustia y duda.
Y te escogí, y me ayudaste en este difícil momento.
Cuando yo estaba llorando la pérdida del hijo que siempre había imaginado, te sentaste y escuchaste sin juzgar. Tu fuiste la primera persona con la que expresé mis muchas preocupaciones y temores . ¿Mi Ceci nunca va a caminar?¿Nunca vamos a saber lo que está causando su hipotonía? ¿Llegará un momento en que mis días tendrán más sonrisas que lágrimas?
Te escogí, y tu calidez y compasión me animaron..
Como yo estaba aprendiendo a ser una madre para mi hija y tratando de satisfacer sus necesidades, siempre estabas allí para responder a mis preguntas.
Y te escogí, y me enseñaste a ser la mejor madre que podía ser para Ceci.
No ha habido un solo momento en la vida de Ceci en el que no hayas estado presente. Tu es una de sus más grandes animadoras.
Y te escogí, y celebraste cada logro con nosotros, no importa cuán pequeño fuese.
Te vi con ella el otro día, Sarah. Vi su sonrisa cuando entraste en la habitación. Noté cómo sus ojos azules se iluminaron cuando ella te miraba. Las dos reistéis juntas y jugasteis con muñecas. Le pediste trabajar, y ella trabajó tan duro para ti, porque te quiere.
Y antes de que terminara la sesión, ella se acercó a ti y te abrazó muy fuertemente, y las lágrimas brotaron de mis ojos. Me di cuenta en ese momento de lo mucho que significas para Ceci y para mí.
Yo te escogí como fisioterapeuta de Ceci, pero te has convertido en algo más, eres también nuestra familia.
Gracias!
TRADUCIDO POR ASPAU.
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