jueves, 25 de abril de 2013

CONSERVACIÓN DE LA SALUD EN LAS PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN.



CONSERVACIÓN DE LA SALUD EN LAS PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN.

Al igual que con cualquier otra persona, la conservación de la salud en la persona con síndrome de Down pretende conseguir su máximo bienestar físico y mental. Con ello no se intenta alcanzar lo inalcanzable, pero sí conseguir lo conseguible, y no renunciar a lo que se puede obtener en beneficio de la persona con síndrome de Down. No más, pero tampoco menos.

La aplicación de un buen programa de salud se basa en las siguientes consideraciones: 

1. Tienen importancia los servicios "rutinarios" de salud, como son las vacunaciones y los cuidados comunes de bienestar infantil. Aunque estos servicios son obvios y se dan por sabidos para cualquier otro niño, deben ser tenidos en cuenta y recordados en un programa integrado de conservación de la salud para los niños con síndrome de Down.

2. Ya que en las personas con síndrome de Down aparecen con mayor frecuencia las anomalías congénitas y ciertos problemas médicos, deben realizarse exámenes y exploraciones específicos para poderlos identificar y tratar adecuadamente, antes de que lleguen dañar excesivamente la salud del individuo. Para ello es preciso conocer qué enfermedades pueden aparecer a cada edad, y cuáles son las que hay que vigilar más. Pero algunas aparecen a cualquier edad.

3. La salud integral no sólo comprende el bienestar físico sino que abarca también el mental y el social. Por eso un buen programa ha de atender a la persona "en su conjunto", no en aspectos parciales.

4. Para que tenga éxito, un programa de salud ha de saber atraer la participación activa de todos los implicados: el propio interesado, sus padres, los profesionales de las ciencias sanitarias y sociales. 

Para una información completa y bibliografía sobre temas de salud, ver Programa de Salud en Canal Down 21

Al igual que con cualquier otra persona, la conservación de la salud en la persona con síndrome de Down pretende conseguir su máximo bienestar físico y mental. Con ello no se intenta alcanzar lo inalcanzable, pero sí conseguir lo conseguible, y no renunciar a lo que se puede obtener en beneficio de la persona con síndrome de Down. No más, pero tampoco menos.

La aplicación de un buen programa de salud se basa en las siguientes consideraciones:

1. Tienen importancia los servicios "rutinarios" de salud, como son las vacunaciones y los cuidados comunes de bienestar infantil. Aunque estos servicios son obvios y se dan por sabidos para cualquier otro niño, deben ser tenidos en cuenta y recordados en un programa integrado de conservación de la salud para los niños con síndrome de Down.

2. Ya que en las personas con síndrome de Down aparecen con mayor frecuencia las anomalías congénitas y ciertos problemas médicos, deben realizarse exámenes y exploraciones específicos para poderlos identificar y tratar adecuadamente, antes de que lleguen dañar excesivamente la salud del individuo. Para ello es preciso conocer qué enfermedades pueden aparecer a cada edad, y cuáles son las que hay que vigilar más. Pero algunas aparecen a cualquier edad.

3. La salud integral no sólo comprende el bienestar físico sino que abarca también el mental y el social. Por eso un buen programa ha de atender a la persona "en su conjunto", no en aspectos parciales.

4. Para que tenga éxito, un programa de salud ha de saber atraer la participación activa de todos los implicados: el propio interesado, sus padres, los profesionales de las ciencias sanitarias y sociales.

Para una información completa y bibliografía sobre temas de salud, ver Programa de Salud en Canal Down 21

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