El donativo fijado,de seis euros, irá destinado a ayudar a este niño de 12 años que sufre parálisis cerebral
01.03.14 - 19:20 -
'El mundo del toro con Aimar'. Reza así el cartel que anuncia el festejo, un concurso de cortes que el próximo 1 de mayo reunirá en Tordesillas a veinte de los mejores cortadores del momento, y cuyo objetivo no será el de un mero festejo taurino, sino que tendrá carácter benéfico, buscará la recaudación de fondos para ayudar a un niño muy conocido de la localidad tordesillana, el pequeño Aimar.
Si hace dos años la villa del Tratado se volcó en la recogida de tapones con este pequeño de 12 años que sufre parálisis cerebral, ahora la familia junto con profesionales del toro confían en que la plaza de Tordesillas se llene el 1 de mayo para poder ayudar con el costoso tratamiento y continuas necesidades que presenta este niño. «Realizamos continuos viajes al hospital, ingresos cada poco tiempo en Madrid y Salamanca, medicación, sesiones de fisioterapia, sin olvidar que cada cierto tiempo necesita una silla de ruedas nueva», comenta Remedios Navas, la madre del pequeño.
Ella fue desde el principio testigo de las secuelas de Aimar. Le rompieron la bolsa y el niño tragó líquido amniótico, se le fue a los pulmones, y se quedó sin respiración. El daño fue irreparable. Tiene parálisis cerebral, epilepsia secundaria, necesita una sonda para alimentarle y una máquina para dormir, pues sufre bastantes problemas respiratorios. Solo en la farmacia su madre se gasta al mes cerca de cien euros. «Y ahora, como la gran parte del país, estamos todos en paro. A mi marido se le termina este mes, con lo cual en marzo no vamos a tener ningún ingreso. Luego ya el 10 de abril cobraremos los 426 euros de la ayuda, que no tenemos ni para empezar en una familia de cuatro miembros, y menos con las necesidades que tiene Aimar», se lamenta la madre.
Las caderas de Aimar son frágiles, al igual que sus articulaciones. El dúplex de protección oficial que les concedieron hace tres años no estaba preparado para una persona con minusvalía. Así que tienen que subir y bajar escaleras todos los días, con el riesgo de dañarle aun más sus huesos.
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