Buena parte de los afectados por pérdida grave de audición son ciudadanos mayores de 65 años, una edad en la que uno de cada tres vive con trastornos de este tipo, a tenor de los datos de la OMS.
A este respecto, la Organización Mundial de la Salud alerta de que si bien la pérdida de audición relacionada con el envejecimiento puede paliarse con audífonos, no se fabrican los suficientes como para cubrir las necesidades existentes.
"La producción actual de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales", afirma la organización, que señala además que en los países en desarrollo la proporción de personas que llevan audífono es de menos de una por cada 40 que lo necesitan.
La OMS llama también la atención sobre el hecho de que la mitad de los casos de pérdida de audición pueden prevenirse fácilmente y otros muchos tratarse si se detectan precozmente y se efectúan las intervenciones adecuadas, como la colocación de implantes auditivos.
Desde esta perspectiva, la Organización Mundial de la Salud anima a los países a que creen programas de prevención de la pérdida de audición en sus sistemas de atención primaria de salud.
A su juicio, estos programas deben incluir la vacunación infantil contra el sarampión, la meningitis, la parotiditis y la rubeola, la detección y el tratamiento de la sífilis en las embarazadas y el diagnóstico y abordaje precoces de la pérdida de audición en los lactantes.
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