Avapace Corre cierra con éxito por tercer año consecutivo el reto de completar en silla de ruedas 500 kilómetros durante 50 horas divididos en medio centenar de pruebas
06.06.2016 | 04:15
DAVID LAGUÍA | VALENCIA Avapace Corre logró ayer cerrar con éxito su III Reto en el que lo más importante no fueron los 500 kilómetros recorridos por sus participantes en conjunto, sino conseguir dar visibilidad a la parálisis cerebral. Hasta 50 pruebas de 10K afrontaron los cientos de personas que se aproximaron junto a los miembros de Avapace Corre desde el viernes hasta ayer a lo largo del río, con salida y llegada en el Estadio del Turia. Eso sí, cada uno de esos metros siempre con una silla de ruedas delante marcando el ritmo.
En 2012 nació el proyecto de Avapace Corre, que pasó de ser una simple iniciativa de un grupo de padres de niños con parálisis cerebral para realizar deporte con ellos a uno de los mayores referentes en la lucha por la inclusión social de las personas que sufren esta enfermedad.
«Al principio solo queríamos correr con nuestros chavales, pero luego vimos que es una buena manera de proyectar el trabajo de nuestra asociación y de dar visibilidad a la parálisis cerebral», explica Benito Velasco, presidente de Avapace Corre.
«Al principio solo queríamos correr con nuestros chavales, pero luego vimos que es una buena manera de proyectar el trabajo de nuestra asociación y de dar visibilidad a la parálisis cerebral», explica Benito Velasco, presidente de Avapace Corre.
Con esa misma idea surgió la idea de enfrentarse a un reto «que implique esfuerzo, sacrificio y solidaridad». De este modo, en 2013, los miembros de la asociación se lanzaron a correr durante 50 horas 500 kilómetros, en 50 carreras distintas por turnos durante 50 horas. Es decir, nadie realiza los 500 kilómetros completos, pero siempre hay alguien corriendo con una silla de ruedas, que durante las horas del día lleva a alguien con parálisis cerebral. Por la noche, «por sentido común» no va ningún niño, pero sí que salen las sillas «de forma simbólica».
Además, el reto es abierto y cualquier persona se puede sumar. «De cuatro o cinco que éramos, ahora somos 200. Cuando se abrió el proyecto, hasta un 75 % se amplió con gente que nada tiene que ver con la parálisis cerebral pero que nos apoyan», señala Velasco.
Esta labor permite también hacer que el deporte sea más inclusivo. «Se puede hacer deporte aunque se tenga parálisis cerebral, aunque sea en compañía. Es más, nosotros notamos que ellos disfrutan mucho. Es un día diferente para ellos», insiste Velasco.
Además, el reto es abierto y cualquier persona se puede sumar. «De cuatro o cinco que éramos, ahora somos 200. Cuando se abrió el proyecto, hasta un 75 % se amplió con gente que nada tiene que ver con la parálisis cerebral pero que nos apoyan», señala Velasco.
Esta labor permite también hacer que el deporte sea más inclusivo. «Se puede hacer deporte aunque se tenga parálisis cerebral, aunque sea en compañía. Es más, nosotros notamos que ellos disfrutan mucho. Es un día diferente para ellos», insiste Velasco.
El gran motivo por el que luchan desde Avapace Corre es lograr la integración de los afectados de parálisis cerebral. «El objetivo es que la gente se acostumbre con toda la normalidad del mundo a estar con alguien con parálisis cerebral», recalca Velasco. «No queremos que nos miren con lástima, sino con naturalidad», remata.
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