viernes, 19 de febrero de 2016

La vida de un cuidador

 
     
Gloria es de Zaragoza y lleva trabajando como cuidadora profesional en la misma residencia desde hace 8 años. También cuidó a su madre durante 4 años. Esta es su historia:


La verdad es que yo empecé como muchas personas, sin saber absolutamente nada de esta maravillosa profesión. Fue un cambio muy grande en mi vida. Me costó muchísimo y nunca pensé que podría decir algún día lo orgullosa que estoy de dedicarme a esta cruel y gratificante profesión.

El maldito alzhéimer

Un tiempo después, el maldito alzhéimer entró en mi casa. Pensé que no podría con ello, pero fue todo lo contrario. Por mi madre, mi gran madre, decidí formarme para poder atenderla lo mejor posible. Y así fue, hice el certificado de profesional, que en aquellos momentos empezó a ser obligatorio, después velándola, hice auxiliar de enfermería y muchas más cosas. No voy a poner aquí mi curriculum. Pero ella, fue quién más me enseñó, aprendí a conocer a todas las personas con esta maldita enfermedad. Porque ellas a parte de la atención correspondiente, solo necesitan cariño, amor, ser escuchadas/os, hablarles bajito y decirles en cada momento todo lo que les vas a hacer.
Pasar este calvario en casa hizo que me involucrara mucho más en mi trabajo. Pero no me llevo el trabajo a casa, al menos lo intento. Cuando estoy con mis chicos -como yo les digo- no puedo más que dedicarme a ellos en cuerpo y alma, y no dejo que les falte de nada.
Para mí, es muy importante que estén bien hidratados, por dentro y por fuera, sin casi hablar, sé lo que quieren, les conozco muy bien, y solo ver la sonrisa con la que me reciben, me llena de satisfacción.
Siempre luché por su mejora en todos los sentidos, y sobre todo el tema de las ayudas (que yo no llegue a tener para mi madre). Sigo luchando para que esto cambie. Porque tiene que cambiar. Tenemos miles de personas en esta situación y las familias necesitan de ellas, no solo económicamente sino también para poder respirar, cosa que yo no pude.

El cuidador está sin valorar

El cuidador está sin valorar, y nadie más que lo ha pasado o pasa sabe lo que esto es: algo muy duro, que después pasa factura, y si no tienes ayuda institucional o familiar, uffff…..supone un agotamiento físico y psíquico.
Pero aún así, es muy gratificante tener la conciencia tranquila de haber hecho todo por esa persona que tanto quieres. Ella si te lo agradece, sin palabras, porque ya no te conocen, ni pueden hablar, pero coger sus manos, besarles y que ellos/as respondan, eso no tiene precio y es algo que nadie te puede quitar.
Yo hice una foto con las manos cogidas, mi madre y yo, y bueno……eso es una maravilla, verla todos los días. Más o menos esta es mi candidatura, con dolor y amor. Aprovecho para dar las gracias por esta oportunidad, para mí el sorteo es algo poco importante, yo lo que valoro son lasoportunidades de poder expresarme y contar mi experiencia, por si alguien saca algo provechoso para si mismo/a.

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