NORBERTO CHIJEB | Candelaria
La discapacidad no les ha impedido triunfar en la música y en el deporte, ni la distrofia muscular ni la parálisis cerebral han podido poner barreras al éxito emprendedor y al talento del músicoMoise González y del nadador Oliver Déniz.
Ahora, después de quince años de amistad, los dos han unido sus caminos para trabajar juntos en producciones musicales, uno como cantante y compositor, el otro como agente. La discapacidad, para ellos, no es un obstáculo y desde Candelaria quieren lanzar un mensaje de aliento para todos aquellos que aún no se atreven a luchar contra las dificultades propias de quienes tienen más complicado valerse por sí mismo.
Oliver Déniz, es uno de los muchos discapacitados que se ha trasladado a vivir a Candelaria. Lo hizo hace dos años, cuando decidió comprarse una casa de una promoción que realizó el Ayuntamiento en la zona de Amance. “Lo hice porque aquí el clima es extraordinario y las condiciones para un discapacitado son buenas, aunque siempre mejorables”, apunta el exparalímpico en Sydney y Atenas.
Moise González lleva más tiempo en la Villa Mariana, aunque lo comparte con Añaza, lo que le crea casi a diario problemas de movilidad, dado que, según él, “el transporte de Titsa deja mucho que desear”. De hecho, Moise se ha distinguido por su lucha por mejorar el servicio de guaguas para los PMR (personas con movilidad reducida) y aunque es el autor de una canción patrocinada por Sinpromi (Sin barreras), no terminan de hacerle mucho caso.
Moise González comenzó a sufrir a los 14 años, cuando se entretenía con el baloncesto y la música, una distrofia muscular que con el paso del tiempo le ha llevado a la situación actual, en donde su moto eléctrica y su compañera sentimental son para él inseparables. Pasa horas y horas pegado a su móvil u ordenador, cuando no está ensayando con su banda en Añaza. Después de casi dos décadas ligado a la música ha pensado que Oliver Déniz es la persona ideal para llevar su representación. Y ahora están en pleno proceso de fusión, tanto que ya preparan juntos la cuarta edición del festival Son del Talento que todos los años se celebra la primera semana de agosto en la playa de Punta Larga. Antes, el inquieto compositor y cantante, comenzará a trabajar en estudios su nuevo álbum, que llevará por título Diferente. “En él -nos comenta- habrá canciones con un nuevo sonido, apartándome un poco del genero salsero, con mezcla de underground y pinceladas de pop latino, con intención de llegar a un público más amplio y mirar hacia el exterior”, señala ilusionado.
Oliver Déniz sufrió al nacer, por falta de oxígeno, una parálisis cerebral que le obliga a moverse en silla de ruedas, aunque también conduce. Su esfuerzo para superar los obstáculos ha sido encomiable, de tal guisa que “gracias al deporte he podido salir adelante”, y lo hizo además con varios campeonatos de España y pruebas internacionales. Un deporte que hoy le da el sustento para vivir, como empleado de Ideco, empresa del Cabildo que gestiona el deporte, el ocio y la cultura.
La inquietud de Déniz por superar las barreras se demuestra por su intención de que las playas de Candelaria -y también la piscina municipal- dispongan pronto, “a ser posible para este mismo verano”, de sillas anfibio, una promesa que el alcalde está dispuesto a cumplir. “Eso sería un puntazo”, afirma Moise, encantado con la idea de poderse dar un remojón en el mar.
Este, la movilidad en las playas, es uno de los puntos negros en la accesibilidad en Candelaria, pese a que ambos, tanto Moise como Oliver, reconocen que “Candelaria es de los mejores lugares donde puede vivir un discapacitado”.
Este, la movilidad en las playas, es uno de los puntos negros en la accesibilidad en Candelaria, pese a que ambos, tanto Moise como Oliver, reconocen que “Candelaria es de los mejores lugares donde puede vivir un discapacitado”.
Dos planes de movilidad en nueve años
El municipio de Candelaria lleva años apostando por la accesibilidad, eliminando cualquier tipo de barrera arquitectónica de sus calles, y por la movilidad, facilitando el tránsito de los vecinos que residen en los distintos barrios de las medianías y que desean desplazarse al casco urbano, como por ejemplo con el taxi compartido o transporte a la demanda. Durante el mandato de José Gumersindo García, se han puesto en marcha dos planes integrales de accesibilidad (2005 y 2011). Los rebajes en las aceras y las plazas de aparcamiento destinadas a personas con movilidad reducida, que ya son casi un centenar, comienzan a ser cada vez más habituales en la Villa Mariana, aunque todavía queda mucho por hacer, y algunos proyectos, debido a la crisis económica, han tenido que quedar aparcados, como denunció hace poco Sí se puede, que recordó que se habló de 25 millones de euros para dedicar en nueve años a la accesibilidad.
El municipio de Candelaria lleva años apostando por la accesibilidad, eliminando cualquier tipo de barrera arquitectónica de sus calles, y por la movilidad, facilitando el tránsito de los vecinos que residen en los distintos barrios de las medianías y que desean desplazarse al casco urbano, como por ejemplo con el taxi compartido o transporte a la demanda. Durante el mandato de José Gumersindo García, se han puesto en marcha dos planes integrales de accesibilidad (2005 y 2011). Los rebajes en las aceras y las plazas de aparcamiento destinadas a personas con movilidad reducida, que ya son casi un centenar, comienzan a ser cada vez más habituales en la Villa Mariana, aunque todavía queda mucho por hacer, y algunos proyectos, debido a la crisis económica, han tenido que quedar aparcados, como denunció hace poco Sí se puede, que recordó que se habló de 25 millones de euros para dedicar en nueve años a la accesibilidad.
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