sábado, 5 de abril de 2014

«El modelo estrecho de sexualidad no solo deja fuera a los discapacitados»

Afirma que, aunque en algunas cuestiones se ha avanzado mucho, cuando se toca el tema de discapacidad y sexualidad se sigue dejando en la bandeja de 'pendientes'

02.04.14 - 07:42 - 
Gielmar, Discapacitados/as de Gipuzkoa en marcha, eligió con acierto la coletilla 'en marcha'. Porque, aunque muchos necesitan sillas de ruedas para desplazarse, están en constante movimiento, organizando actividades como la charla sobre sexualidad y discapacidad que impartió el pasado sábado Natalia Rubio en San Sebastián.
- De discapacidad, en general, se habla poco, pero de discapacidad y sexualidad no se habla nada. 
- Efectivamente, hablamos de atención integral, de no descuidar ningún ámbito de la vida de las personas con discapacidad, y hay que reconocer que en algunas cuestiones se ha avanzado mucho, pero cuando tocamos el tema de la sexualidad se sigue dejando en la bandeja de 'pendientes'.
- ¿Es tabú, es desconocimiento o es más cómodo hacer como que el tema no existe? 
- Muchas veces lo que hay es confusión. Por una parte, el término discapacidad se asocia a discapacidades concretas, a las intelectuales y, como en ese tipo de discapacidades hay una tendencia a infantilizar a las personas, con frecuencia el tema de la sexualidad ni se toma en consideración. Por otra parte, se piensa en un único patrón de sexualidad, vinculada a la genitalidad, al coito... Y eso es un gran error, porque ese modelo de sexualidad imperante deja fuera a muchas personas, no solo a las que tienen algún tipo de discapacidad.
- ¿Por eso en las jornadas se habló de sexualidades y discapacidades? 
- Cada tipo de discapacidad tiene aspectos propios, capacidades, limitaciones, demandas y expectativas específicas. No es lo mismo, por ejemplo, una discapacidad congénita o de nacimiento y una sobrevenida. Lo que hacemos es hablar en alto de todas esas cosas, de manera que todas las personas se puedan sentir identificadas, se den cuenta de que lo que les pasa es habitual. Otro tanto ocurre con la sexualidad. Tratamos de abrir un poco ese modelo tan estrecho que nos angustia a todos, no solo a personas con discapacidad. La sexualidad tiene que ver con cosas que pasan en todo el cuerpo, con los sentidos, y no hay jerarquías, no hay que colocar en todo lo alto el coito y el orgasmo. Puede haber gente que ahí no encaje. Una cuestión importante en nuestro modelo amplio de sexualidad es mostrar que tanto como los coitos pueden valer las caricias, dormir abrazados, darse un baño... Que, en definitiva, se puede vivir la sexualidad en 'modo paseo', disfrutando de cada paso, de los encuentros, de las relaciones. Y siempre planificando las cosas pensando en cada persona, en sus preferencias, posibilidades y expectativas.
- ¿A quiénes les cuesta más entenderlo, a las personas con discapacidad o a sus familias? 
- Normalmente es algo que las personas con discapacidad demandan y reivindican. En concreto los miembros de Gielmar están trabajando mucho para que la sociedad entienda que cuando van por la calle de la mano, o cuando se plantean proyectos de vida independiente, tienen la misma legitimidad y las mismas necesidades que cualquier otra personas. Las familias no siempre lo entienden a la primera. A menudo nos encontramos con negativas que tienen que ver con el modelo estrecho de sexualidad que impera. Cuando les cuentas que al hablar de la sexualidad de sus hijos e hijas hablamos de que tienen que aprender a conducir sus cuerpos, a respetar límites corporales, a buscar espacios y tiempos para estar solos, para tener intimidad, a que aprendan a trabajar las relaciones interpersonales, lo entienden. A veces tienen dificultades para intervenir porque no se les asesora, pero cuando empiezas a trabajar, desmitificas, das alternativas y profundizas en ese modelo amplio de sexualidad, todo cambia.
- Al final, como todo, es cuestión de adaptarse. 
- Para empezar, es cuestión de que empecemos a conocernos y a transmitir la diversidad de maneras de ser hombre y mujer. Cuanto más diversos sean los modelos, más fácil va a ser que todos nos sintamos incluidos. En este aspecto las familias juegan un papel muy importante, porque tienen que dejar a sus hijos e hijas que actúen conforme a la edad que tienen y proporcionarles tiempos y espacios para su intimidad, algo que, como consecuencia de la sobreprotección que padecen, les cuesta mucho tener. Para todo lo demás hay apoyos y recursos de todo tipo que pueden suplir sus limitaciones funcionales, dándoles autonomía y evitando que tengan que depender de terceros.

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