POSTED ON ABR - 18 - 2014
Hace dos meses y medio que comencé como responsable y única trabajadora (a media jornada)en el Programa de Atención a Mujeres con Discapacidad de La Rioja, y muchos me preguntáis qué tal, qué hago etc. Así que me he decidido a escribir un post de ello en este lugar que, entre otros variopintos fines, utilizo a modo de bitácora pública.
Luces y sombras, sería el resumen… tres palabras que, por otra parte, se pueden aplicar a cualquier trabajo… y es que precisamente por eso, te pagan. A un artista, por ejemplo, le puede apasionar pintar pero en el momento que quiere ganarse la vida con ello, ha de responder a las demandas del otro y esto lleva a hacer cosas que a uno no le apetecen o en el momento en el que no apetecen. Sin olvidar claro todo lo relalivo a motivación intrínseca/extrínseca, experimento de Festinger etc
Hace tiempo encontré por internet un párrafo en el que vi reflejado mi concepto de trabajo. Es un ideal pero como tal ideal guía: “En las comunidades nativas cada ser humano invierte su tiempo y su energía ofreciendo sus capacidades a la comunidad. El trabajo de cada quien hace que la comunidad de vida se complete y fluya, trabajas para servir a la vez que para desarrollar tus capacidades y mejorarlas. Tu trabajo te dignifica a ti y también a los que se sirven de él. Hay entonces ya un beneficio intrínseco en el trabajo que realizo: aprendo, crezco, mejoro, adquiero habilidades y sabiduría… que a la vez revierten en el trabajo que ofrezco: cada vez más profundo, eficaz y útil a mi comunidad. La necesidad de pertenencia (una de las necesidades básicas del ser humano) está así cubierta: soy útil a los demás, ocupo el lugar que me corresponde en el grupo y soy respetado y valorado por ello. Además de eso hay un justo intercambio de bienes que permite tener un techo, comida, ropas, transporte y los instrumentos necesarios para seguir desarrollando el trabajo-servicio. Es decir, necesidades básicas cubiertas que permiten, a su vez, continuar con la búsqueda de trascendencia que mueve a todo ser humano” (Maite Pardo).
En fin… os cuento un poco lo que hago:
Por una parte, llevo dos grupos de mujeres con parálisis cerebral y daño cerebral, y está siendo toda una experiencia por la variedad de discapacidades (sigo utilizando esta palabra… ya os he hablado de ella… y tengo pendiente un post específico del tema) en ellos. Anteriormente había trabajado con problemas mentales pero no con personas ciegas, sordas, con dificultades cognitivas, y/o físicas y de comunicación… y además en pupurri dentro del mismo grupo, jeje ¡muy enriquecedor, la verdad! Aunque también me está haciendo reflexionar mucho para analizar todo lo que me mueve trabajar con estas mujeres (identificaciones etc) y convertirlo en catalizador en vez de obstáculo para la calidad del proceso grupal.
Los miércoles voy a Calahorra (un pueblo a unos 50 km de Logroño) y estoy encantada igualmente con mis mujeres de allí. Sus discapacidades reconocidas oficialmente son menores pero sus vidas igualmente duras. Derivadas de la Oficina de Atención a la Víctima, Servicios Sociales y trabajo social de Centro de Salud, son auténticas amazonas de la vida, que guerrean día a día con enormes dificultades psico-sociales. Lo que no me gusta es coger el coche… aunque me alegra retomar el vínculo con mi querido Micra del 97, jeje.
Aparte de esta labor grupal, realizo psicoterapia breve para mujeres con discapacidad y sus familias. Tengo pocos casos porque el Programa prioriza lo grupal pero he de reconocer que es donde más cómoda me siento… seguramente por mi mayor experiencia en esta ámbito pero sobre todo porque lo percibo como el lugar donde más puedo aportar a la comunidad, como mi principal camino, complementado, por supuesto, por otros, ya que la riqueza de los grupos no la da, para nada, lo individual.
Talleres para profesionales y otras actividades de sensibilización completan la parte visible de este puesto. El resto del tiempo lo dedico a buscar y preparar todas estas líneas de trabajo…. y esto es lo que más difícil me resulta: difundir el programa y captar población diana. Mi formación es clínica y lo social lo he tocado poco en mi recorrido profesional. Además por las características de La Rioja cuesta movilizar a la gente. Ah, me dejaba enregistro y justificación de las actividades realizadas (informes, cuestionarios, memorias…), sin duda, para mí, el tiempo más apetitoso para los “hombres de gris” de Momo.
Mi idea ahora es intentar ajustar las horas que trabajo a las que me pagan porque actualmente hay demasiado desfase. Lo elegí conscientemente pero me di de plazo hasta mayo. Me encanta la mayor parte de lo que hago pero no es adaptativo (ni para el individuo ni para la sociedad) pasarte tanto con las horas extras no remuneradas. Y subrayo la palabra “tanto” porque según cada caso y momento concreto, no considero, por nada, malo implicarte en lo que haces más allá de lo económico. Lo importante, como siempre, es reflexionarlo y sopesar lo que aportas, lo que te aporta, tus valores y las posibles consecuencias a largo plazo… y recordar que, en general, los “voluntariados” no debieran sustituir puestos de trabajo… además de tener presentes las implicaciones sociales.
Os dejo con foticos de algunos talleres -con permiso pertinente de los implicados. Continuaré informando;)
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