sábado, 26 de abril de 2014

¿Alguien ha visto una cama en un auditorio?


Señora Luisa Pastor:         Las personas con discapacidad y sus familiares, las asociaciones y colectivos que las representamos, y muchos ciudadanos de Alicante, sentimos vergüenza y una tremenda indignación por la negativa de la Diputación que usted preside a permitir el acceso a Alfredo, un chico con una severa discapacidad, al ADDA para escuchar un concierto.     No podemos comprender los argumentos que han dado para cometer   semejante discriminación: los motivos que alegan para denegarle el acceso a un edificio público nos parecen realmente escandalosos.   ¿Qué el respirador hace mucho ruido? ¿Qué hay que buscarle un emplazamiento «adecuado»? ¿Qué no es un discapacitado «al uso»? ¿Qué no pega una cama en un Auditorio? Escuchando estos argumentos a muchos nos hierve la sangre y nos quedamos sin palabras que puedan expresar cómo nos sentimos. Claro, que ésta no es la primera vez que nos sorprende: hace unos meses ya aseguró que no iría ningún imputado en las listas de su partido, «porque nadie invitaría a un cojo a un desfile de modelos».         En esta ocasión  la Diputación que usted preside tampoco está dispuesta a   permitir la entrada al Auditorio a un discapacitado que va en camilla.      Todavía hay mucha gente que piensa que los discapacitados damos mala imagen, que se sienten molestos cuando nos ven, se escandalizan de nuestras limitaciones, y preferirían que siguiéramos escondidos en nuestras casas, porque herimos su exquisita sensibilidad con nuestra presencia.   ¡Cómo va la Diputación a permitir que estas personas que piensan así tengan que soportar escuchar un concierto en presencia de Alfredo y su camilla!, porque ¿quién ha visto una cama en un Auditorio?   En todo caso, lo mejor es «buscarle un emplazamiento adecuado», esto es, esconderlo de la vista de los demás, colocándolo en una habitación cerrada contigua al escenario.    Nos parece absolutamente denigrante, un atentado contra la dignidad humana y un ataque a todas las leyes y normativas que defienden la igualdad y no discriminación de las personas con discapacidad.      Si permitimos que sigan ocurriendo estas cosas, en un corto espacio de tiempo volveremos de nuevo a la invisibilidad. Dentro de poco tenemos elecciones al Parlamento Europeo, y ya tenemos claro quiénes no nos van a defender.  ¡Nos quieren encerrados en casa, pero no vamos a consentirlo!

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