lunes, 19 de mayo de 2014

De perra abandonada a amiga de un niño autista


  • Un instructor de canes de terapia contra enfermedades entrena a una cachorra dejada a su suerte junto a otros cuatro animales en Gandia

  • 2021
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El destino tenía reservado un aciago final para Noa. De nuevo la mano del hombre. Otro abandono que dejaba a la pequeña perra tan sólo una salida: una muerte por atropello, hambre, frío o una eterna vida de penurias en la calle. Noa, una perras mestiza de labrador, de color negro con manchas blancas, apenas tenía dos meses de edad. Como sus cuatro hermanos. La camada apareció abandonada por algún desalmado en la madrugada del pasado sábado junto al parque Joan Fuster de Gandia. Su suerte estaba echada. Hasta que la Policía Local de Gandia, una protectora del lugar y el instructor canino Miguel Ángel Signes se cruzaron en su camino. Y su vida volvió a iluminarse.
"Lo primero que pretendo es darle una oportunidad que creo que se merece. Y sobre todo poder demostrar que los animales abandonados y mestizos también sirven para mejorar la calidad de vida y la integración social de personas con diversidad funcional". Son palabras de Miguel Ángel, instructor de perros en la especialidad de Terapia Asistida con Animales. O lo que es lo mismo, Noa pasará de ser una perra abandonada y sin futuro a convertirse en una herramienta fundamental en la lucha contra el autismo y dando futuro y una vida mejor a decenas de personas enfermas. Es más, el objetivo de Signes es que regalar a la perrita a un niño afectado por el autismo cuando termine su formación
Los perros aparecieron por la noche y fueron recogidas por agentes de la Policía Local y una protectora del lugar, así como el propio Signes. Al día siguiente, el instructor les hizo una serie de pruebas a los cachorros para certificar cuales de ellos eran aptos para convertirse en canes especialistas en la ayuda a pacientes de autismo, Síndrome de Asperger, ancianos con alzheimer… El valenciano no es ningún profano en la materia. Por algo fue el instructor de Guinness, la primera perra reconocida en la Comunitat para estas terapias y que falleció la semana pasada, a los cuatro años de edad, así como Eddie, el hijo de esta pionera y que a sus ocho meses de existencia, hoy en día ya es una gran promesa como can de terapia.
La pequeña Noa fue la única que pasó el 'examen de acceso' realizado por Signes. El sábado por la mañana les realicé pruebas enfocadas a detectar su tolerancia al estrés, su tolerancia a las manipulaciones corporales y sus sensibilidades auditivas, mentales y corporales". El experto midió las aptitudes de los animales de cara a asistir a personas enfermas. Y Noa fue la elegida.
Miguel Ángel Signes tiene ahora un objetivo: "Entrenarla para que luego sea entregada como perra de asistencia para un niño o niña con trastorno de espectro autista". Del frío suelo del abandono y el oscuro futuro al calido regazo de un pequeño y el destino de alumbrar su futuro como apasionante misión para la 'chuchilla'. El adiestrador no se olvida de transmitir un mensaje que él considera vital: "Que las personas no abandonen los animales, y que los adopten en lugar de comprarlos".

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