"Lo único que pido es que me operen para poder salir de la cama". Estas son las palabras de Brian Servando, un chico lagunero de 15 años con parálisis cerebral que lleva un año postrado en cama debido al problema de rigidez que tiene en las piernas. Servando lleva cuatro meses esperando por una operación que no llega y que le permitirá sentarse en una silla de ruedas y volver al instituto con sus compañeros.
Hace un año que este adolescente comenzó a sentir unos dolores que le impiden dormir y utilizar su silla de ruedas. "Antes mi hijo hacía vida normal, estaba incorporado en un aula EnClave aprendiendo con sus compañeros", apunta su madre, Adela Márquez. Sin embargo, el problema que sufre le obliga a estar postrado en la cama.
Después de meses de pruebas, se diagnosticó que la única solución era pasar por el quirófano. Su madre asegura que llevan varios meses esperando por esta operación, aunque el estado del menor ha empeorado.
A pesar de que el joven está citado mañana para realizarse las pruebas de anestesia previas a la operación, su madre no está conforme, ya que le han comunicado que estos exámenes médicos tienen una duración de seis meses, por lo que la intervención podría retrasarse hasta marzo.
"No quiero que mi hijo esté sufriendo tanto tiempo, no pedimos dinero ni una operación privada, solo que se den prisa en realizar la intervención para que mi hijo pueda mejorar su calidad de vida", aclara su madre.
Sin embargo, fuentes del Hospital Universitario de Canarias aseguran que el proceso quirúrgico de este joven no está paralizado y que el centro sanitario ha priorizado la intervención, por lo que no tardará en llevarse a cabo.
Márquez mantiene que la familia está en una situación desesperada, ya que ella incluso ha tenido que dejar su trabajo para poder atender a su hijo. "Cada tres horas hay que cambiarle la camisa para que no se le formen escaras, mi hijo necesita atención constante", explica.
Esta madre afirma que el día a día de su familia nunca ha sido fácil, pero se ha visto agravado por la situación de Brian. Adela tiene cuatro hijos, dos de ellos con discapacidad, y todos sobreviven con un sueldo de menos de 800 euros.
Márquez asegura que necesita saber la fecha de la operación de Brian también por cuestiones económicas. "Tengo que dejar un dinero reservado para pagar el transporte hasta el hospital y mi comida mientras mi hijo esté ingresado", expone la madre de esta familia.
A pesar de la situación que está atravesando, Brian nunca pierde la sonrisa. "Llevo un año acostado sin ir al instituto lo único que quiero es que me hagan caso y me quiten mis dolores", repite en un vídeo que ha lanzado a través de las redes sociales.
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