Javi tiene 18 años y tiene reconocido un retraso madurativo. Eso es lo que dicen los informes técnicos que certifican su discapacidad, pero yo no me fío del todo, porque aunque los técnicos tengan sus criterios médicos y psicológicos para determinar esto, creo que el diagnóstico de retraso se basa en su incapacidad para comunicarse por las vías "normales": habla, escritura, etc. Sin embargo, no creo que estos técnicos sean capaces de determinar la gran sensibilidad con la que Javi se relaciona con su entorno: su gran agudeza auditiva, su percepción sensorial de las emociones de los demás (se pone triste cuando yo tengo malos pensamientos, aunque yo no diga nada en alto, él me lee el pensamiento), y su forma de disfrutar con las cosas que le gustan como son pasear, comer, bañarse, ir al colegio y relacionarse con sus compañeros, viajar, moverse en autobús por la ciudad, ir de campamento... Creo que todo esto con lo que disfruta tanto, le convierte en una persona con los mismos derechos que los demás y por tanto, tiene derecho a votar. Si a toda la gente que vota se le preguntase antes de depositar su voto en la urna si han comprendido los mensajes y programas de los partidos a los que van a votar, nos llevaríamos una gran sorpresa. A lo mejor resultaba que hay más gente con discapacidad "intelectual" que sin ella.
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