domingo, 3 de agosto de 2014

Una pareja de padres adoptivos se queda con el bebé sin discapacidad y rechaza al mellizo con Síndrome de Down, al que dejan con su madre biológica

Una pareja de australianos contrató un vientre de alquiler en Tailandia. Nacieron dos mellizos, físicamente, idénticos como dos gotas de agua, pero con una gran diferencia: uno de ellos, Gammy, tiene Síndrome de Down y muchos problemas fisiológicos. La pareja se llevó consigo al bebé sano y abandonó con la madre biológica a su hermanito. La historia ha incendiado las redes sociales, pero también ha provocado una enorme reacción de solidaridad para ayudar a la madre tailandesa, que necesita dinero para someter a una difícil operación al pequeño Gammy.


Gammy, el bebé tailandés que padece varios problemas de salud,...
Pattahramon Janbua -conocida como Goy- tiene 21 años y teme que la muerte de su hijo sea inminente. A sus seis meses, el bebé padece Síndrome de Down, una infección pulmonar y problemas congénitos de corazón. "No creo que salga de ésta, la infección pulmonar es muy grave", declaró la madre a la prensa local a las puertas del hospital donde se encuentra el bebé.
De momento, ya se han recaudado 85.000 euros a través de donaciones. La ONG australiana Hands Across se ha hecho cargo de los primeros costes de hospitalización.
El matrimonio australiano se comprometió a pagar 10.000 euros a Goy por dar a luz un bebé. Cuando se enteraron de que iban a nacer mellizos, un niño y un niña, los futuros padres saltaron de alegría y prometieron doblar la suma acordada. Pero cuando se enteraron de que uno padecía síndrome de Down, pidieron a la madre que abortara. Goy se negó aduciendo razones religiosas. Su estupefacción llegó cuando, el día del parto, el representante de la agencia intermediaria cogió a la niña, en perfecto estado de salud, y abandonó a Gammy en la clínica.

Un matrimonio con escasos recursos

Casada y con dos hijos de seis y tres años, Goy cocina en un pequeño puesto de la calle en un pueblo a 90 kilómetros al sur de Bangkok. Su marido y ella aceptaron el trato como vientre de alquiler pensando que 10.000 euros les permitirían pagar deudas, dar una mejor educación a sus hijos y vivir con más desahogo. Los 10.000 euros del segundo bebé nunca llegaron.
La ilusionada pareja australiana se convirtió en un par de desaprensivos. "No son padres de verdad", señaló Goy, quien nunca tuvo la oportunidad de conocerles. Su opinión encontró muchos seguidores en las redes sociales. "Lo de estos padres es una vergüenza, si se les puede llamar así", apuntaba un internauta.
El escándalo ha obligado a intervenir al primer ministro australiano,Tony Abott, quien declaró que se trata de una historia "increíblemente triste". Las autoridades australianas trabajan con sus colegas tailandeses para esclarecer los detalles del caso, del que no se ha podido obtener la versión del matrimonio adoptante.
El asunto ha puesto en serios problemas a más de 400 parejas de australianos con procesos en curso para subrogar a la madre de sus futuros hijos en Tailandia, según la agencia Surrogacy Australia, citada por el diario 'Sydney Morning Herald'. Así, un matrimonio de este país, en proceso similar actualmente, está viviendo un calvario porque el caso del bebé Gammy ha movilizado a la policía tailandesa, que ha efectuado un registro en la clínica donde se tramitaba su 'dosier', ahora paralizado.
La subrogación de madres -conocida popularmente como vientre de alquiler- es una práctica que en Tailandia no está regulada. Las autoridades han tomado ahora cartas en el asunto y han advertido que ningún niño saldrá del país sin el permiso del ministerio de Asuntos Exteriores.

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