sábado, 30 de agosto de 2014

Padres de niños con parálisis cerebral, operados con el método ruso, defienden sus resultados


  
El doctor ruso Igor Nazarov, durante una reciente estancia en Vigo. / de arcos
El doctor ruso Igor Nazarov, durante una reciente estancia en Vigo. / de arcos 

Critican que la sanidad pública ponga en duda estas intervenciones privadas y reprochan, al igual que el matrimonio de Vilaboa, la falta de información

REDACCIÓN / CANGAS Indignación. Es la palabra que utilizan padres de niños con parálisis cerebral, tanto producida por la enfermedad de miller-dieker como por otras de consecuencias similares, ante las dudas que plantea la sanidad pública por el método ruso para operar de forma privada a estos pequeños, muchos de los cuales no pueden andar o masticar, entre otras atrofias. El reciente caso de la niña de Vilaboa, de 3 años, afectada por miller-dieker y cuyos padres han iniciado una campaña de recaudación popular para poder operarla en una clínica privada de Barcelona con el doctor Igor Nazarov, al que se le conoce com o el descendiente del padre de la técnica rusa Valeri Borisovich Ulzibat, ha desatado las críticas de padres que han pasado por esta misma situación. Los padres se quejan de la falta de atención e información en la sanidad pública y aseguran que los niños operados con esta técnica han mostrado mucha mejoría.
Loli Estévez es vecina de Moaña. Tiene un niño de 8 años con parálisis cerebral y ya fue a la ciudad de Tula, en Rusia, en dos ocasiones, en 2003 y 2004, para operar a su hijo. Tras las dos primeras operaciones, dice que el niño pudo andar. La última intervención la realizó estas últimas navidades en Murcia aprovechando la presencia de otros doctores rusos que operaban también con la misma técnica de la Clínica Ulzibat, que sigue sin estar avalada por la comunidad científica. Esta mujer asegura que el problema es el que con el tiempo, el hueso de su hijo crece más rápido que el músculo, de ahí que hubiera tenido que operarlo de nuevo. Pero asegura que mientras el niño vaya mejorando, lo seguirá haciendo. Claro está que lo tiene que hacer de forma privada y que cada operación ronda los 5.000 euros.
"El cambio fue radical", insiste esta moañesa quien muestra su "coraje" por el escepticismo con el que los neurólogos se refieren al tratamiento ruso: "Aunque les digas aquí que el niño mejoró, no lo reconocen. Es muy triste".
Otro padre que muestra su indignación es el vigués Francisco Moure, con un niño de 9 años con parálisis cerebral. El pasado 27 mayo llevó a su hijo a operarse con esta técnica en el Policlínico. Caminaba de puntillas y dice que ahora tiene los pies planos y que sólo está pendiente de que la Sanidad aquí le otorgue rehabilitación. Moure asegura que se enteró de la posibilidad de esta técnica por una compañera de trabajo cuyo hijo también sólo caminaba con un pie bien y a través de la Asociación "Hoy por mañana", que trajo a Vigo al doctor Igor Nazarov. Su compañera de trabajo viajó a Rusia para operar al niño "y anda con los dos pies bien".

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