DOMINGO, 17 DE AGOSTO DE 2014
Hace unos días se aprobó en el pleno de nuestro ayuntamiento, el inicio de estudio de la posible demanda de Asistencia Personal (AP) y la gestión de dicho recurso por los mismos usuarios creando una Oficina de Vida Independiente (OVI).
Creo que el paso que toca dar ahora es, explicar “¿qué es cada cosa y en qué consiste?” intentaré hacerlo a grandes rasgos.
La Asistencia Personal es contratar a una persona para ayudar en las necesidades diarias a otra que por motivos físicos, sensoriales, intelectuales o psíquicos no lo puede hacer por si misma, favoreciendo así la Vida Independiente de esta.
Este asistente-a es buscada y preparada por el usuario-a, ya que sólo él o ella saben que características debe reunir (carnet de conducir, escribir a máquina, lengua de signos o braille, …). El usuario busca y adapta al profesional a si mismo y a su vida, no al revés que es lo habitual pero no por eso, lo mejor.
No es aconsejable convertir en AP a un familiar porque este es un recurso cuya principal intención es “dar poder” a la persona con diversidad funcional (discapacidad), precisamente por la relación afectiva existente, no va a darse una toma libre de decisiones y con ella la asunción de errores correspondiente; el familiar-ap se va a encontrar siempre con el derecho de decidir o por lo menos a opinar “lo que es mejor para él o ella”. Estamos hablando de “independencia” no de autonomía o de cuidados, aunque un ap tenga que ejercer en muchos momentos esas tareas, no debemos confundir los roles.
Además “¿quién despide a un hermano-a o a un marido o una esposa?”. Estamos hablando de una figura laboral de la que queremos un pleno reconocimiento, por tanto conlleva todos los “pros” y “contra” de cualquier empleo y hablamos también, de unos “empresarios” que por la educación recibida tanto ellos como su entorno se ven y son tratados como “vulnerables” (lo son tanto como la sociedad quiere que lo sean) con la asistencia personal dejan de serlo “tomando ellos el control de sus vidas”. Es por ello, por lo que se establece la necesidad de creación de la OVI, en la que ellos y ellas mediante la cooperación mutua gestionan sus horas de asistencia y la bolsa creada por los usuarios y usuarias de asistentes personales.
Esto es, habrá personas que necesiten más horas y otras menos, y al mismo tiempo hay que garantizar las horas de empleo necesarias para que los asistentes tengan un sueldo digno y solventar temas como vacaciones, bajas o despidos; estas contingencias son las se tienen que dar solución al ponerlas en común dentro de la OVI y por supuesto, siempre se puede contar con el asesoramiento de las demás Oficinas de Vida Independiente que hay en España como de la Federación de Vida Independiente (FEVI).
Con las Oficinas de Vida Independiente se garantiza que todo el dinero que se invierta en asistencia va para ello, no hay gastos superfluos.
Como dice el dicho: “Yo me lo guiso, yo me lo como”.
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