domingo, 3 de agosto de 2014

¿POR QUÉ YO...?



¿Cuántas veces me he hecho está pregunta? ¿Por qué yo?

Cuando estamos de compras y comienza mi hijo con una rabieta y a darse golpes en la cabeza y me grita sin poder yo comprenderle del todo, mientras los demás nos miran, me hago esta pregunta.

Cuando estamos con amigos y la conducta de mi hijo se torna difícil, y yo estoy recibiendo ''consejos'', desaprobando los comentarios que me hacen, y sintiendo la tensión de los demás, que me pone incómoda me hago esta pregunta.

Cuando tengo que rechazar una invitación a una reunión social, porque no estoy segura de cómo va a hacer frente o va reaccionar ante ciertas situaciones, o cuando debo evitar salir de casa porque su comportamiento es tan impredecible y me deja sintiéndome completamente agotada, me hago esta pregunta .

Cuando su pequeña hermana pone escudos con sus brazos, en su rostro y cuerpo, mientras él corre junto a ella, con el temor de ser herida por un golpe o un empujón, porque él es ajeno ante lo que puede pasar, me hago esta pregunta.

Cuando me siento totalmente sola y no se que más hacer, me hago esta pregunta.

Yo sé la respuesta - incluso cuando me siento más cansada, pero tengo que recordarme esto a mí misma muchas veces.

¿Por qué yo? Porque lo amo.

¿Por qué yo? Porque nunca voy a renunciar a él.

¿Por qué yo? Porque en el fondo sé que soy capaz de asumir esta tarea muy especial, y estoy para apoyarlo y alentarlo, y amarlo. No todos los padres pueden hacer este trabajo, de eso estoy segura. Yo sé que mi trabajo es creer en él y que esto le ayudará a alcanzar su máximo potencial.

El futuro muchas veces me asusta. Me pregunto cómo será para él, y para nuestra familia.

Pero cuando hago la pregunta, ¿Por qué yo? Sólo sé que no podía ser nadie más. 

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