Tal como mencioné en mi artículo de la semana pasada, soy la orgullosa madrastra de dos niños que han traído más amor a mi vida. Aunque la relación con ellos, es muy buena, no puedo negar que ha sido todo un reto personal y emocional. La adaptación a esta nueva vida, me ha enseñado mucho y me ha hecho ver las cosas de otra manera.
Entre los cambios experimentados está el tener que adaptarme a las necesidades de uno de los miembros de mi nueva familia.
El niño más pequeño de mi esposo, nació conSíndrome de Down y aunque lo tratamos lo más naturalmente posible, no podemos olvidar su condición y dejar de hacer ajustes en la manera de educarlo y tratarlo, siempre con mucha paciencia y amor.
Para hacer la tarea de ayudar en la educación de esta personita literalmente “especial” más fácil, he puesto en práctica mi propia guía de supervivencia que me ha ayudado a salir airosa.
- Agotarlo de manera divertida: El pequeño de la casa es un niño sumamente activo, por lo que la mejor manera de mermar sus energías es bailando, lo que a su vez lo hace feliz y ayuda a ejercitar su sistema motriz.
- Identificar sus actividades favoritas y practicarlas: La playa y el parque son sus lugares predilectos, aquí podemos pasar largas horas empujando el columpio o mojando nuestros pies a la orilla del mar, sin tener que repetir su nombre a razón de 25 veces por minuto. Él lo disfruta y nosotros descansamos.
- Poner reglas: Al igual que cualquier niño, Taz (apodo que le he puesto por lo mucho que se mueve) necesita reglas, entre ellas están el premiarlo por sus logros y castigarlo por sus malas acciones. Por ejemplo; Cada vez que hace algo bueno, se le aplaude, se le da un beso o algo que lo motive, pero cuando le surge la gran idea de regar la leche por toda la casa, entonces le toca quedarse veinte minutos sentado sin derecho a levantarse. (Esto es más que suficiente para el por que adora su libertad)
- Dar instrucciones: Frases como: “lleva esto a la basura”, “busca tus zapatos” y “siéntate a la mesa” son muy efectivas y deben ser siempre cortas y precisas para no confundirlo.
- Asignar pequeñas tareas: Tratamos de inculcarle responsabilidad, asignándole tareas fáciles de cumplir, por ejemplo; poner la ropa en la lavadora o en el cesto, arreglar la cama(Necesita mucha práctica, pero lo intenta), recoger los juguetes.
- Enseñarlo a ser independiente: Dejar que se vista y coma solo, que se siente a la mesa con el resto de la familia, son actividades que aunque las haga incorrectamente hay que celebrárselas para motivarlo a que las siga haciendo, hasta que llegue al punto donde no necesite supervisión.
- Jugar, jugar, jugar: El compartir con estos niños y dedicarles tiempo puede hacer una gran diferencia en su desarrollo por que los hace más receptivos y atentos, al mismo tiempo que se crea un acercamiento que se traducirá en besos y abrazos en momentos inesperados.
- No subestimarlo: ¡Esta es la regla de oro! Los niños con Síndrome de Down, aprenden de manera diferente, pero su sabiduría y entendimiento van mucho más allá de lo que nuestra mente pueda llegar a imaginar.
Este niño que apenas habla me ha enseñado la importancia de la perseverancia y la paciencia, ha logrado cambios en mi que nunca nadie habia podido y que solo el amor , la ternura y el corazón limpio y puro de un ser inocente pueden lograr.
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