Por muchos, considerada como un ejemplo de superación personal para todo el pueblo inglés y para las sociedades en general. Una mujer, completamente abandonada y discapacitada (sin brazos y con las piernas más cortas de los estándares considerados normales), decide dar un giro brusco a su vida y dedicarse al arte.
Nació el 7 de abril de 1965 en Burton, Staffordshire, Inglaterra. Hija de dos obreros que trabajaban en una fábrica de autos, al momento de su nacimiento, los médicos detectaron una fuerte anomalía. Lapper no tenía brazos y sus piernas eran demasiado cortas. Sus padres, espantados por la situación, deciden abandonarla para siempre, pero 4 meses más tarde, su madre la vería por primera vez. Hoy en día, aun se desconoce el paradero del padre.
Durante sus primeros meses de vida, diversos médicos intentaron implantar brazos y piernas artificiales, pero ella misma decía eran incómodos y que la limitaban aun más.
Su infancia se asentó en una escuela de minusválidos, donde ella decía que todos eran niños de exposición y que tenían constantes problemas para mantenerse sentados y eran incapaces de levantarse. Sin embargo, a los 19 años, Alison decide viajar a Londres para estudiar Bellas Artes y convertirse entonces en una pintora reconocida. Su amor por el arte comenzó a los 3 años, donde pintaba con la boca mediante pequeños movimientos y golpes con la mandíbula y la cabeza.
Sus pinturas han causado sensación y han sido premiadas con la mayor condecoración en Inglaterra, el “Member of the British Empire”, premio que fue entregado por la reina. Al mismo tiempo, Alison declaró que: “No sé quién me propuso para este título, el voto es anónimo y quiero creer que solo se ha juzgado mi trabajo artístico y no mi deformidad”.
Sin embargo, a los 33 años de vida, Lapper quedó embarazada y, como remate de un mal chiste, fue abandonada de nuevo por su ex pareja, dejándola sola con un hijo en su vientre. La tenaz mujer decidió seguir adelante aun así creyendo que su hijo podría nacer con anomalías como las que ella tenía. Pero con todos los controles médicos y los constantes monitoreos, a la semana 24, Alison supo que su hijo sería completamente normal.
Tal fue su ejemplo de vida, que diversos artistas quisieron retratar su cuerpo en esculturas y pinturas, pero fue en septiembre de 2005 cuando el reconocido artista inglés, Marc Quinn, hizo una estatua de mármol blanco de 3.6 metros de altura y 11.5 toneladas titulada “Alison Lapper Embarazada”. La estatua fue exhibida desde septiembre de 2005 hasta el 2007, cuando fue reemplazada por otra escultura mediante otro concurso.
Actualmente, Alison goza de una buena salud y asegura que ama su cuerpo y lo ve como uno muy bello. Distintas personas la han catalogado de ángel, pero ella misma reniega estos dichos mencionando que por qué la tienen que catalogar de una mujer excepcional, si ella es igual de fuerte y débil que cualquier otra mujer. Eso sería el mismo sentimiento que provoca que la llamen monstruo, ya que colocan a los discapacitados por encima o por debajo de los demás.
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