GUILLERMO 13 AÑOS
Tengo un hijo de 13 años a punto de cumplir 14 años sin escolarizar. Decidí su desescolarización por un problema de acoso escolar y tras un desencanto personal y la convinción de que las autoridades educativas no iban a hacer nada por mí, solo dejarlo pasar… Después del suicidio de Diego en un colegio concertado de Villaverde en Madrid, y hasta que me adjudicaban colegio, no estaba dispuesta a que mi hijo siguiera pasando por el mismo calvario. Iba al colegio con las manos en los bolsillos intentando ser invisible para no ocupar el lugar físico que le corresponde y que no se le viera ni se metieran con él.
Tras los primeros síntomas de acoso empecé el protocolo de actuación que tanto nos venden por televisión: primero informar al centro por escrito (nunca me contestó, hablar con el inspector de Carabanchel que me dio buenas palabras y no hizo nada y acudir al Jefe de Área de Educación de la Comunidad de Madrid que nos ignoró igualmente).
Mi hijo fue diagnosticado en febrero de Sindrome de Asperger, para quien no sepa lo que es, contaros que es un Trastorno del Espectro Autista que se caracteriza entre otras cosas por no tener habilidades sociales, las tiene que aprender en terapia, le cuesta relacionarse, no entiende la ironía y su percepción del mundo es completamente diferente a la nuestra, tiene mucho que aprender… Tiene reconocido un grado de discapacidad del 34%.
Un 60% de los alumnos diagnosticados con el Síndrome de Asperger sufre acoso escolar, y en general los niños y adolescentes con Trastorno del Espectro Autista son carne de cañón en colegios ordinarios, por su comportamiento “no normativo” en una sociedad que se jacta de integradora y moderna y que todas las madres y padres que tenemos hijos con este trastorno, sabemos que devora a las personas que salen de la normalidad.
A día de hoy, 27 de mayo y desde el 11 de marzo que decidí que no iba más al colegio La Milagrosa de Carabanchel, he rechazado dos colegios porque no tienen aula TGD (Trastorno Grave del Desarrollo), es decir, su escolarización debe ser en un colegio ordinario con un aula de 5 niños con el mismo diagnóstico que él (aunque a menudo la ratio por aula está superada a 6 y 7 niños) y con todo tipo de apoyos incluido un integrador social. La DAT (Dirección de Área Territorial) de la Comunidad de Madrid me ha reconocido que no hay recursos y ha permitido que mi hijo esté sin escolarizar desde la fecha hasta hoy perdiendo todo un año. En conversaciones con distintas personas que forman parte de la burocracia de este sistema en Madrid, reconocen que mi caso es una patata caliente.
DANI 12 AÑOS
Dani tiene diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista y ha cursado infantil y Primaria en aula TGD de un cole ordinario. Se caracteriza por rigidez mental en muchas situaciones, necesita tener todo muy bien estructurado, horarios y actividades perfectamente planificadas, es muy sensible y le afecta mucho el estado de las personas que le rodean. Le tranquiliza sus normas y sus planes con los pictogramas. Dani habla a diferencia de otros chicos con este trastorno y tiene un grado de discapacidad del 66% Ahora está en sexto de Primaria y tiene que pasar a Secundaria. Sus padres han solicitado plaza en un instituto con aula TEA que está adscrito al colegio de Primaria. Por ley, la vacante que va a quedar en el aula TEA de este instituto tendría que ser de Dani. Desde la DAT de Vitruvio, no aseguran que la vacante sea para Dani, ya que hay muchos alumnos sin plaza. Si no la consigue les recomiendan que escolarice a Dani en un instituto pequeño en educación ordinaria con apoyos que sería como meterle en la boca del lobo.
En el instituto que los padres solicitan con aula TEA van a ir niños de su colegio de Primaria lo que facilitaría su integración en Secundaria. Los cambios para los niños con autismo son muy acusados y el hecho de estar con compañeros de Primaria afecta a su bienestar emocional. Pero a la Consejería de Educación de Madrid le da igual, es lo que hay…
Los padres de niños y niñas como Dani y Guillermo nos enfrentamos a los problemas sociales derivados de su trastorno y a los problemas de su escolarización y de la ley actual, ya que en Bachillerato se les retiran los apoyos y muy pocos consiguen titular. El desgaste emocional es tremendo.
LUIS MIGUEL 5 AÑOS Y JORGE ALBERTO 3 AÑOS
Estos dos hermanos con un diagnóstico temprano (de 18 meses y 2 años) tienen Trastorno del Espectro Autista, además Luis Miguel sufre ataques epilépticos. Luis es un niño muy querido y muy popular en su colegio, a Jorge le cuesta todavía relacionarse ya que no tiene aún lenguaje verbal. Todavía se está evaluando su grado de discapacidad.
Sus padres pidieron por conciliación familiar y por la situación del padre que no puede conducir (65% de discapacidad visual) el mismo cole para Jorge Alberto que al que acude Luis Miguel, su hermano mayor.Larepuesta de la DAT es que la ratio de niños por aula está superada y que no le pueden escolarizar en el mismo centro. Les han ofrecido un centro en la zona de Cuatro Vientos con aula TGD a lo que los padres se niegan. Supondría que el próximo curso deberían desplazarse desde la zona de O´Donnell hasta Cuatro Vientos, cada uno en una punta de Madrid. A la difícil situación de esta familia con dos hijos afectados con autismo, se une que no tienen familia que les pueda echar una mano además del gasto extra de las terapias individuales de los dos niños. Llevar y recoger a Luis Miguel y Jorge Alberto se convertiría por lo tanto una carrera de fondo para sus padres. Les han hecho firmar desde la Consejería un documento en el que aceptan un aula ordinario con apoyos y no un aula TGD. De momento están si colegio.
Estos son solo algunos casos que demuestran como está el sistema educativo en nuestro país, sin recursos, con recortes, sin suficientes aulas TGD para nuestros hijos, sin profesionales verdaderamente formados, cuando cada vez hay más niños diagnosticados con este Trastorno, del que existen diferentes grados. Por eso pedimos tu apoyo para la difusión del hastag #SinColegioSinDerechos, para que se conozca la grave situación de algunas familias, ya que solo pedimos lo que por ley nos pertenece y que se vulnera en la práctica. Según el art. 27 de la Constitución Española: “Sección 1.ª De los derechos fundamentales y de las libertades pública. 1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza”.
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