El dato es escalofriante y es que la realidad más cruda obliga a cerca de 45.000 pensionistas de Castilla-La Mancha a dejar sus tratamientos médicos como consecuencia de la entrada en vigor del copago farmacéutico, lo que supone alrededor del 15 por ciento del total.
En este sentido, cabe destacar que dicho copago afecta en Castilla-La Mancha a 357.000 pensionistas, que en su mayoría tienen que pagar 8,26 euros mensuales por sus medicamentos. Por otro lado, esto se suma a los 7.000 millones de euros de recortes que se calcularon en sanidad a nivel nacional, además de que el PP ha recortado en la región 885 millones de euros, una reducción del 27 por ciento en el presupuesto.
Como dato significativo también en materia sanitaria dentro la región gobernada por la impopular Cospedal, se encuentran 40.000 y 50.000 inmigrantes sin tarjeta sanitaria. Incluso las camas hospitalarias se han reducido un 10% en este tiempo.
Si juntáramos los datos, sería como cerrar completamente el hospital de Ciudad Real, pero en vez de eso lo que está haciendo Cospedal es ir cerrando hospitales a cachitos. En cuanto al número de profesionales sanitarios, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha prescindido en tres años de 3.826 profesionales.
A esto se le suma la creciente externalización de los servicios a clínicas privadas, aumentando de esta forma a ineficiencia sanitaria en la región.
Con respecto a esto último, destacamos que el Gobierno de Madrid ha destituido a directivos sanitarios en el Hospital de Fuenlabrada por filtraciones de expedientes de pacientes a clínicas privadas, algo que también ha ocurrido en Cuenca, pero sin embargo nadie ha pedido responsabilidades.
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