jueves, 18 de septiembre de 2014

Alicante Accesible urge a construir el Parque Central y a eliminar la barrera del Puente Rojo


Una integrante de la plataforma ojea en su silla de ruedas el manifiesto ante unos escalones que no puede bajar sin ayuda.
Una integrante de la plataforma ojea en su silla de ruedas el manifiesto ante unos escalones que no puede bajar sin ayuda. Alex Domínguez

  • Un grupo de personas con movilidad reducida recorre la zona para denunciar que se incumple la normativa

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La idoneidad de derribar el Puente Rojo o dejarlo donde está, una vez deje de cumplir su función como paso elevado, por el soterramiento de las vías del tren, ha generado cierta polémica. Hay colectivos que defienden mantenerlo como parte de la historia de la ciudad, pero los vecinos de la zona se oponen con fuerza porque están deseosos de que este obstáculo que divide barrios, sobre todo el PAU1, desaparezca.
Finalmente, en el proyecto de urbanización de los terrenos del soterramiento contempla su desmantelamiento, aunque se han presentado alegaciones en contra.
Desde la asociación Alicante Accesible, que defiende los derechos de las personas con movilidad reducida, no quieren entrar en la polémica, pero tienen claro que el Puente Rojo no puede mantenerse tal y como está, dado que incumple la normativa de accesibilidad. Por eso, defienden que se ejecute cuanto antes el Parque Central, que permitirá transitar por la zona ahora ocupada por las vías y hará innecesario el paso elevado.
Ayer, dentro de los actos organizados por este colectivo, junto a la Plataforma Comarcal por la Movilidad Sostenible y Alacant en Bici, en la Semana de la Movilidad, varias personas en sillas de ruedas o con dificultades para transitar realizaron un recorrido por el Puente Rojo y su entorno, para hacer visibles los fallos en accesibilidad de la zona.
Se encontraron con que la rampa de acceso al puente es excesivamente larga, de cerca de 300 metros, con numerosos giros y sin descansos, como exige la Orden de 9 de junio de 2004 sobre Accesibilidad en el Medio Urbano. «Ello dificulta el ascenso, sobre todo, a las personas que andan con bastón», apunta la presidenta del colectivo, Llanos Rodríguez.


Además, tanto en el ascenso como en la plataforma del puente, el pavimento es resbaladizo y hay zonas en las que se acumula el agua, lo que dificulta el tránsito para personas con movilidad reducida.
Comparten el mismo espacio de paso las personas y los ciclistas, que no tienen otra alternativa para cruzar las vías. Ello provoca, señala Rodríguez, «que en ocasiones bajen la rampa muy rápido y la falta de visibilidad les lleve a toparse de cara con quien sube».
Tampoco la iluminación es la adecuada, según la normativa, lo que provoca que por la noche sean pocos los que se atrevan a cruzarlo.
En la parte de debajo del puente, junto a los colegios y las vías, los pasos de peatones «o no tienen rampa o si la tienen es muy alta, por lo que resulta inservible», indica la presidenta.
Alicante Accesible explica que la orden es posterior a la ejecución del puente, pero el Ayuntamiento está obligado a adaptarlo a la normativa y no lo ha hecho desde 2004.
Su esperanza es que se apruebe cuanto antes el proyecto del soterramiento para arrancar el problema de raíz. «Somos partidarios de un gran Parque Central sin obstáculos», señala Rodríguez, y añade que aunque personalmente está a favor de eliminar el Puente Rojo, como colectivo no pueden entrar a valorarlo. Lo que sí pueden exigir es que, «si no desaparece, al menos se adapte a las medidas de accesibilidad mínimas que establece la normativa, para que pueda ser utilizado por las personas con movilidad reducida», algo que hoy en día tienen muy complicado.

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