El pasado martes, la niña acudió con su familia y su terapeuta a la panadería Debén próxima a su domicilio en A Corveira , A Coruña (Galicia – España).
En el trascurso de la merienda la niña se sintió indispuesta, interviniendo de inmediato su terapeuta para calmar el estado de ansiedad que presentaba.
Lo que se conoce en cualquier niño como un enfado o una rabieta motivó que la dependienta, conocedora de la diversidad funcional de la menor, les instase a abandonar la tienda pues “le estaban espantando la clientela”.
Ante las dificultades para obtener la hoja de reclamaciones y el trato recibido por la dependienta y la encargada de la panadería la familia interpuso una denuncia por un presunto delito contra la integridad moral en el cuartel de la Guardia Civil de Culleredo.
Desde Autismo Diario nos hemos puesto en contacto con los responsables de la cadena de panaderías, quienes han declinado hace cualquier declaración.
Este tipo de situaciones no son algo puntual o anecdótico, son -tristemente- más habituales de lo que parece. Una niña o niño que en un comercio tienen un berrinche y sean o no conscientes los responsables del comercio de que el niño tiene autismo, “invitan” a salir del local a la familia, molestan al resto de clientes. Quizá si el resto de clientes se indignaran ante ese tipo de situaciones, a nadie en su sano juicio se le ocurriría realizar este tipo de “invitaciones”. Realmente tenemos que mejorar la conciencia social ante este tipo de situaciones.
Si usted tuviese un comercio y le sucediera algo así ¿qué haría?
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