La organización recuerda por carta a sus trabajadores que están obligados a cumplir un número mínimo de ventas. Si no se consigue este mínimo sería motivo de sanción muy grave que podría llegar a provocar la expulsión del vendedor.
10/06/15 · 8:00
“Estimado Sr: Hemos analizado las cifras medias de venta alcanzadas por Vd. en los últimos meses, y hemos constatado que se encuentran muy por debajo del mínimo obligatorio pactado en el convenio colectivo”. Con estas palabras se dirige la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) a sus trabajadores cuando las ventas de cupones en los puntos de venta cae de forma por debajo de la media que la entidad establece: 210 euros por jornada de trabajo.
La Marea ha tenido acceso a esta carta a través de filtrala.org, el buzón de filtraciones anónimas y seguras en el que este medio colabora junto a Diagonal, Mongolia yeldiario.es. Con esta misiva, la entidad recupera una práctica que viene desarrollando desde el año 2012. Ricardo Gayol, de la asociación Puedo de afiliados a la ONCE, apunta que, desde que un juzgado validó estas prácticas, “se han crecido y están enviando más cartas para decirles a los vendedores que incumplen el convenio”.
En la carta, fechada en Madrid a principios de mayo de este año, se le recuerda al trabajador que ha tenido unas ventas mensuales por debajo del mínimo establecido por la ONCE durante dos meses. En este sentido, le apuntan que “el artículo 67.c.8 del convenio colectivo califica como falta muy grave […] la venta sistemática por debajo del mínimo mensual de ventas fijado en el artículo 47 del XV convenio colectivo de la ONCE, durante un período de dos meses consecutivos”. Por este motivo, le solicitan al vendedor “una mayor atención en su trabajo, a fin de que su rendimiento mejore significativamente en el futuro”. Si esa mejora no se produce la entidad le amenaza con “adoptar las medidas disciplinarias por falta muy grave previstas en el vigente convenio”.
El XV convenio colectivo se publicó en marzo de 2015 en el BOE. En el texto, acordado por la dirección de la empresa y el sindicato UGT (luego se sumó CCOO), se establece como mínimo de ventas exigible a cada vendedor el resultado de multiplicar 210 euros por el número de jornadas efectuadas en el mes.
Gayol recuerda que “estas cartas han terminado en sanciones e incluso despidos”. En este sentido, recuerda que “desde el año 2010 hay una red paralela en estancos, gasolineras, bares… una competencia desleal que hace que disminuyan de forma muy acusada las ventas”.
Durante el año 2013, se enviaron 30 cartas notificando la falta muy grave por ventas inferiores al mínimo establecido sólo en la Comunidad de Madrid. En otras federaciones, como Valencia o Asturias, también hay vendedores que han recibido la notificación. La organización se defiende alegando que “salen de forma automática” cuando el nivel de ventas es bajo.
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