martes, 18 de agosto de 2015

Es habitual que, en nuestra niñez, nos eduquen para «no mirar fijamente a otras personas», por ejemplo, mientras comen.


Es habitual que, en nuestra niñez, nos eduquen para «no mirar fijamente a otras personas», por ejemplo, mientras comen.

Sin embargo, muchas personas, al crecer, olvidan esa norma elemental de EDUCACIÓN y dirigen —y sostienen— miradas inquisitoriales de desprecio, odio, conmisericordia, paternalismo condescendiente o recriminación contra personas con #discapacidad “por el mero hecho de existir”.

Muchas personas INOCENTES deben vivir todos y cada uno de los días de su vida siendo objeto de este tipo de malas miradas y otras actitudes de desprecio, sin haber hecho nada para merecerlas.

Convivir durante años soportado el desprecio incívico representa una dificultad adicional, que provoca —o acrecienta— cuadros clínicos de depresión y falta de autoestima, y constituyen, en suma, una injustificable forma de MALTRATO.

Evitar la #discafobia es importante. Tomemos conciencia.
 — con Mari Mar Molpeceres.

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