Como padres, una de las cuestiones que más nos suele angustiar es la incertidumbre acerca del futuro de nuestro hijo ¿Se casará? ¿Podrá trabajar en algo que le apasione?
Queremos decir, en primer lugar, que estas cuestiones siempre estarán ahí, tenga o no tenga discapacidad nuestro niño. El futuro siempre es algo que no se puede planificar al 100% y por lo tanto, es normal que nos agobie un poco. Pero este agobio se incrementa cuando nuestro hijo tiene alguna discapacidad.
Estas preocupaciones son totalmente normales, sin embargo, lo que debe preocuparnos no es el futuro a largo plazo, sino las pequeñas metas que nos pongamos cada día. Así, debemos enseñar cada día a nuestros niños a ser fuertes, a tener confianza en sí mismos y a plantearse sus propios retos. En definitiva, a imaginarse e ilusionarse con su propio futuro, y a luchar por él.
De todas formas, como siempre decimos, lo importante es que los niños crezcan en un ambiente feliz, disfrutando del día a día y sin tener una presión excesiva sobre el futuro. Nosotros, como padres de niños con discapacidad, debemos conocernos y conocer a nuestro hijo. Entender sus capacidades y limitaciones, y así saber qué retos le podemos plantear sin forzar unas expectativas que no pueda alcanzar, evitando frustraciones innecesarias para el niño y para nosotros mismos.
En la Fundación Anda Conmigo, creemos que todos los niños tienen derecho a luchar por el futuro que quieren, y los padres tenemos la obligación de apoyarlos, promoviendo sus capacidades y respetando sus limitaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario