¿Y si hemos salido de la crisis...? Pues menudo lío en el que estamos metidos.
Ayer se presentaba en Madrid el III Informe sobre el Estado Social de la Nación en el que tengo una pequeña participación. Podéis descargaros el documento completo en la página web de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales (aquí folleto breve y aquí documento largo)
El documento recoge un importante número de datos de diferentes fuentes. En realidad no son datos nuevos pero sí lo es la valoración o la forma de contarlos y ponerlos en relación. El Informe propone un punto de vista que nos permite vislumbrar las costuras con las que se está tejiendo el traje de la nueva sociedad en la que estamos instalados. Una sociedad profundamente injusta, muy desigual, en la que las situaciones de pobreza generan una importante dureza en la experiencia vital de millones de conciudadan@s.
La tesis inicial del informe (si tengo la oportunidad me va a dar para varias entradas) es que, como dice el Gobierno, ya hemos salido de la crisis y lo que tenemos es lo que hay.
Si aceptamos este dato como realidad nos daremos cuenta de que el relato que se ha organizado en torno a los esfuerzos que hay que hacer para salir de la crisis ya ha caducado. No es sólo que si ya hemos salido de la crisis ya no es coherente seguir haciendo esfuerzos para salir de ella y por lógica deberían desaparecer los recortes, sino que queda claro (si salir de la crisis es esto) que los recortes no lo fueron como consecuencia de la crisis sino como objetivo premeditado desde un punto de vista ideológico para darle la vuelta a nuestro modelo de sociedad y caminar hacia un modelo que fractura la convivencia y en el que la precaridad, la pobreza y la exclusión han llegado para quedarse salvo que trabajemos para revertir la situación, no como consecuencia de una recuperación económica sino como consecuencia de una acción política.
De momento en esta entrada apresurada, prefiero que salga de forma algo imperfecta a esperar más tiempo (ya llegarán otras reflexiones más sosegadas) una conclusión muy firme: La elevación del resultado del PIB no tiene nada que ver con la pobreza o la exclusión. No es por ese camino por el que saldremos de la situación en la que estamos y que es una nueva España invertebrada. Esta nueva realidad social es fruto de tres grandes políticas que hay que cambiar necesariamente: lo que tiene que ver con la capacidad colectiva de negociación (la reforma laboral), lo que tiene que ver con la fiscalidad (recaudar más y de otra manera) y lo que tiene que ver con la inversión social (que hay que incrementar y repensar para que resulte más redistributiva). A ello, en este año electoral, debemos ponernos entre todo@s (al menos lo que veamos esto así, que los otros ya hacen lo que creen que deben hacer)
De momento en esta entrada apresurada, prefiero que salga de forma algo imperfecta a esperar más tiempo (ya llegarán otras reflexiones más sosegadas) una conclusión muy firme: La elevación del resultado del PIB no tiene nada que ver con la pobreza o la exclusión. No es por ese camino por el que saldremos de la situación en la que estamos y que es una nueva España invertebrada. Esta nueva realidad social es fruto de tres grandes políticas que hay que cambiar necesariamente: lo que tiene que ver con la capacidad colectiva de negociación (la reforma laboral), lo que tiene que ver con la fiscalidad (recaudar más y de otra manera) y lo que tiene que ver con la inversión social (que hay que incrementar y repensar para que resulte más redistributiva). A ello, en este año electoral, debemos ponernos entre todo@s (al menos lo que veamos esto así, que los otros ya hacen lo que creen que deben hacer)
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