Con 10 años, su parálisis cerebral no le impide perseguir su sueño de ser paratriatleta
La agenda de Rubén Aldas es similar a la de cualquier niño de 10 años. De lunes a viernes, al colegio. Una vez terminadas las clases, tiempo para los deberes. Desde hace unos meses no hay que insistir mucho para que los termine lo antes posible. Sabe que cuanto antes se libere de sus obligaciones, más pronto pondrá rumbo a la piscina (los lunes) o la pista de atletismo (los miércoles). Los martes y jueves, su cita es con el logopeda. Los viernes se pone en manos del fisioterapeuta.
Hace dos semanas disputó su primer duatlón. Los participantes y asistentes al circuito de Cheste presenciaron uno de esos momentos que agrietan los corazones más pétreos. Niños y mayores, según concluyeron la prueba, se colocaron en fila india antes de la meta. Todos esperaban la llegada de Rubén.
A su lado, como toda la prueba, Raúl Micó, su entrenador. Los últimos metros no los corrió solo. Un pasillo humano le recibió a golpe de aplauso. Con andador y triciclo, completó los 50 metros a pie, el kilómetro en bicicleta y los 300 metros de carrera. “¿Cuándo hacemos un triatlón?”, le dijo a Raúl nada más cruzar la línea de meta. Sus ojos eran fiel reflejo de la felicidad. El ejemplo más fidedigno posible de que el deporte es de todos y para todos.
Rubén sufre una parálisis cerebral. Sus padres, Joaquín Aldas y Mónica Tomás, se esforzaron desde el primer día para que creciera como cualquier niño y gozara de la mayor independencia posible. Nunca faltó una bici adaptada o unas clases de natación para mejorar sus movimientos, pero nunca pensaron en que fuera atleta. Hoy es uno de los integrantes del club El Cantero de Letur de Triatlón y Paratriatlón AVANT.
El mundo es un pañuelo
Rubén llegó al club de la mano de Javier Martínez Gramage, fisioterapeuta y socio fundador de AVANT. Su mujer había tratado a Rubén de niño y, hace dos años, se reencontraron en el Laboratorio de Biomecánica de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia. “Nada más entrar en la consulta, su madre le dijo: ‘Dile a Javier qué quieres ser de mayor’. Y Rubén contestó: ‘Paratriatleta’, recuerda Javier, también socio fundador del club AVANT. En dicho club se propusieron llegar este año hasta lo más pequeños. Javier se lo comentó a los padres de Rubén. En septiembre participó en el Triatlón de Valencia. Tres atletas del club le llevaron con ellos. A bordo de una barca, en la prueba de natación; en un remolque enganchado a la bici, en el ciclismo y, sentado en un carrito, en la carrera.
Rubén llegó al club de la mano de Javier Martínez Gramage, fisioterapeuta y socio fundador de AVANT. Su mujer había tratado a Rubén de niño y, hace dos años, se reencontraron en el Laboratorio de Biomecánica de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia. “Nada más entrar en la consulta, su madre le dijo: ‘Dile a Javier qué quieres ser de mayor’. Y Rubén contestó: ‘Paratriatleta’, recuerda Javier, también socio fundador del club AVANT. En dicho club se propusieron llegar este año hasta lo más pequeños. Javier se lo comentó a los padres de Rubén. En septiembre participó en el Triatlón de Valencia. Tres atletas del club le llevaron con ellos. A bordo de una barca, en la prueba de natación; en un remolque enganchado a la bici, en el ciclismo y, sentado en un carrito, en la carrera.
A partir de ese día empezó a entrenarse con Raúl Micó. Sólo dos meses después logró su primera medalla por sí mismo, que ahora adorna la espaldera de una de las paredes de su habitación. Nada más colocarla, miró a su padre y le dijo: “Papá, hay que comprar otra espaldera”. “¿Por qué?, esta no está rota”, contestó Joaquín. Con una mirada repleta de ilusión Rubén pronunció las palabras propias de un campeón: “Porque voy a ganar muchas medallas y aquí no cabrán todas”.
Una lección de vida
Nadie permanece indiferente tras conocer a Rubén. “Es un ejemplo a seguir. A mis 58 años he descubierto que lo que vale la pena en la vida son las emociones, las que me ha proporcionado Rubén son un diamante en bruto”, comenta Valeriano Moreno, presidente del club AVANT.
Nadie permanece indiferente tras conocer a Rubén. “Es un ejemplo a seguir. A mis 58 años he descubierto que lo que vale la pena en la vida son las emociones, las que me ha proporcionado Rubén son un diamante en bruto”, comenta Valeriano Moreno, presidente del club AVANT.
Una opinión compartida por Raúl Micó: “Es fascinante trabajar con él, transmite una energía tremenda, siempre se está riendo. Me enseña más cosas él a mí que yo a él, cada día imparte una lección de vida”.
Rubén ha descubierto el deporte desde otra vertiente, no sólo la terapéutica. “Encontrarse con gente como él le ha supuesto un estímulo de motivación no sólo para entrenar, sino para su día a día”, apunta Javier Martínez. Ya no vaguea con los deberes. “Sabe que cuando antes acabe, antes iremos a entrenar. Ya no salimos a pasear al perro, ahora bajamos a montar en bici al parque. Está ilusionado”, resalta Mónica.
Incluso ha encontrado un sentido a una de las asignaturas que se le atragantaban: el inglés. “Antes no lo podía ni ver, pero como sabe que algunos compañeros han estado compitiendo en Londres, ha llegado a la conclusión de que debe hablar inglés”, explica su madre. “Lo necesito para cuando vaya a competir al extranjero”, comenta Rubén.
Mónica y Joaquín nunca enfocaron la actividad física de Rubén hacia la práctica deportiva. Suponía añadir un problema a su habitual día a día, pero todo cambió cuando se toparon con un club creado por y para paratriatletas. “Comprendían y solucionaban todos los problemas que surgen con una persona discapacitada. Todo eran facilidades. Vemos que Rubén es feliz y se divierte, que más pueden pedir unos padres”, apunta Mónica.
El ejercicio físico es positivo para niños discapacitados. Facilita su movilidad y autonomía, pero quizá el mayor beneficio sea a nivel emocional al encuentrar una motivación.
“El ejemplo de Rubén puede servir para que otros padres se animen a traer a sus hijos”, afirma Javier. Rubén ya ha creado escuela. Otros dos niños discapacitados, Alejandro y Alba, se han inscrito en el club AVANT. “Queremos que todo el mundo tenga la opción de hacer deporte”, señala Javier.
Rubén la tiene y no la va a desaprovechar. Ya saben. Quiere ser paratriatleta. ¿Alguien duda de que este pequeño gran campeón lo conseguirá?
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