miércoles, 7 de diciembre de 2016

Capacitados para el sexo


La asistencia sexual no está reconocida en España como profesión, por lo que se practica en la alegalidad.
La asistencia sexual no está reconocida en España como profesión, por lo que se practica en la alegalidad.

AMPARO MONTEJANO – 2 de diciembre de 2016.

El pasado martes, el programa de TV3 “Sense Ficció” emitió el documental Jo també vull sexe! (¡Yo también quiero sexo!). Una magistral obra audiovisual que muestra con realismo y sensibilidad el tan poco tratado tema del sexo en las personas con discapacidad funcional o intelectual.

El documental, dirigido por los periodistas Montse Armengou y Ricard Belis, presenta la historia de varias personas que, a pesar de su disfuncionalidad, expresan que siguen teniendo deseo sexual y necesidades afectivas que no pueden suplir, por lo que las sesiones con asistentes sexuales les han cambiado la vida.
En el documental conocemos esta figura profesional tan desconocida a través de Tandem Team Barcelona (TTB), una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas con diversidad funcional. Una de las cosas que ofrece son los asistentes sexuales o Acompañamiento Íntimo y Erótico, como los llaman desde la asociación.

Inmaculada, una de las protagonistas de Jo també vull sexe!, explica: “Tú pagas al médico por arreglarte la boca. Yo tengo que pagar para que toquen mi cuerpo.”
Inmaculada, una de las protagonistas de Jo també vull sexe!, explica: “Tú pagas al médico por arreglarte la boca. Yo tengo que pagar para que toquen mi cuerpo.”

Su presidente y fundador, Francesc Granja, nos explica que su objetivo es visibilizar la importancia de expresar la sexualidad a todas las personas con discapacidad. Por ese motivo organizan talleres y cursos, y promueven la asistencia sexual.

Las personas con discapacidad funcional o intelectual siguen teniendo deseo sexual y necesidades afectivas que no pueden suplir


Aunque en un primer momento esta práctica puede hacer pensar en la prostitución, la ternura con la que Ruth Raventós, una de las asistentes, trata en su sesión a Xavi, y que vemos en el documental, hace, en unos segundos, olvidar totalmente ese concepto.

En Jo també vull sexe! vemos el caso de Xavi, al que un accidente dejó en una situación en la que no puede acceder a su propio cuerpo.
En Jo també vull sexe! vemos el caso de Xavi, al que un accidente dejó en una situación en la que no puede acceder a su propio cuerpo.

Se trata, sin duda, de otra cosa, de una terapia que ofrece al lesionado una experiencia que no se puede comparar con ninguna otra sesión médica que reciben. La madre de Xavi explica que su hijo le da las gracias por estas sesiones y que, desde que utilizan los servicios de Ruth, ve a su hijo “más feliz, más completo, y más lleno”. Sabe de madres que han masturbado a sus hijos, pero dice que para ella “no es normal” y prefiere contratar a una profesional que lo haga.
Por su parte, Ruth defiende su profesión: “Me llenan todos los sentidos, me inspiran ternura, amor. Me dan una lección de vida constante”, cuenta. Y ante la pregunta de si cree que alguien podría considerar que es puta, no duda: “Yo no me siento puta. Mi trabajo es tarepéutico”.

“Yo no me siento puta. Mi trabajo es tarepéutico” – explica Ruth.


Francesc nos explica que desde Tanden Team proponen que la asistencia sexual se plantee como un recurso más, no como una panacea o solución definitiva. Su importancia deriva del hecho de que permite el acceso a la intimidad y el placer a personas que por su su condición física, emocional o intelectual tienen muy difícil o imposible expresarse sexualmente.
“El debate sobre las funciones del Acompañamiento Íntimo y Erótico es muy reciente y muy acalorado” –explica– “Nosotros proponemos que sea el propio asistente el que ponga sus límites. Y que esos límites sean pactados con la persona con disfuncionalidad en una reunión previa a la sesión”.
Por lo que respecta a los talleres que ofrecen desde Tandem Team, Francesc dice que a veces, al principio, hay reticencias porque muchas personas con diversidad funcional no han sido acariciadas nunca, pero que “a medida que avanza el taller, se observa una apertura y un reconocimiento del espacio íntimo enorme”.

“Soy igual que tú. Tengo las mismas necesidades que tú. Solo que yo no ando y tu sí” – explica Carmen, otro de los testimonios del documental que tuvo su primera experiencia sexual con un asistente.


En otros países la asistencia sexual es un trabajo reconocido e incluso subvencionado por el estado. En España no se da ninguna de las dos cosas, por lo que se trata de una realidad emergente, pero de momento silenciada y marginada de derechos y ayudas.

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