Hoy hemos vivido la etapa más dura hasta la fecha. Tanto que la hemos terminado de milagro, ya que la silla de Juanlu ha vuelto a partirse justo en los tres últimos kilómetros de bajada.
Cruzar montañas y subir a Foncebadón ya fue jodido, pero nada peor que bajar de aquel poblado entre nieblas.
Afiladas rocas, caminos estrechos y pedregosos, cuestas demoníacas, y muchas sorpresas más han sido nuestros compañeros en la etapa de hoy.
El resto de peregrinos no podían creer que bajásemos por el camino y no por carretera. ¡Pero esto es #CaminoSinLimites!
No pudimos acabar la etapa en Ponferrada por motivos obvios. Mañana a primera hora marcharemos con el coche para tratar de reparar la silla cuanto antes e intentaremos completar media etapa desde Molina Seca, donde nos encontramos ahora mismo descansando.
¡Y no os preocupéis! Tanto Juanlu como yo estamos perfectamente. Algunos dolores de espalda que ya empiezan a achacarme, pero nada más allá que destacar.
Mañana os ponemos al día con las novedades.
¡Buen #CaminoSinLimites!
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