martes, 6 de noviembre de 2012

El billete único tendrá descuentos de hasta el 90% en función de su utilización



Las reducciones que mejoran las actuales condiciones comienzan a partir del viaje 20. En las bonificaciones a discapacitados y a mayores se tendrá en cuenta la renta, y la tarjeta social se extenderá a todos los operadores

 
Larraitz Ugarte y Ernesto Gasco, durante la presentación del billete único. :: UNANUE
SAN SEBASTIÁN. Después de meses de dimes, diretes, confusión y dudas por parte de los ciudadanos, el viceconsejero de Transportes del Gobierno Vasco, Ernesto Gasco y la diputada foral de Transportes e Infraestructuras, Larraitz Ugarte, en compañía de los responsables de Movilidad de los ayuntamientos de San Sebastián, Irun y Errenteria –Jon Albizu, Cristina Laborde y Jon Txasko, respectivamente–, presentaron ayer las principales características del billete único que entrará en vigor en Gipuzkoa en marzo de 2013.
A grandes rasgos, el nuevo sistema premiará el uso intensivo del transporte público, aplicando mayores reducciones cuantos más viajes se realicen. Además de los descuentos, que van del 45% al 90% en función de los viajes que se hagan en el curso de un mes natural, se establecen una serie de bonificaciones dirigidas a colectivos como las familias numerosas, los jóvenes, los mayores de 65 años o los discapacitados, siempre que no superen un determinado nivel de renta. También habrá una tarjeta social, que se extenderá a todo el territorio a todos los operadores. En términos generales, el nuevo sistema puede encarecer el precio por viaje de quienes no utilizan mucho el transporte público (los primeros 20 viajes son los más caros) pero aligerará la partida económica destinada al transporte de los usuarios más fieles.
Según Gasco, el sistema –que confían en tener operativo a partir del 4 de marzo, el primer lunes del mes–, será «el primer billete único de la CAV ya que, además de compartir un soporte, la tarjeta, supondrá un sistema de pago integrado, algo que de momento nadie tiene». Y a los usuarios les supondrá, según aclaró Ugarte, «que con una única tarjeta cualquier viajero podrá hacer cualquier viaje en cualquiera de los operadores que se han sumado al proyecto». Inicialmente, esos operadores son Lurraldebus (que engloba a más de una docena de compañías de autobús), Eusko Tren y Dbus-Compañía del Tranvía de San Sebastián, la empresa municipal que gestiona el transporte urbano donostiarra.
Por el momento, la cuarta pata del transporte público en Gipuzkoa, la red de cercanías de Renfe, no ha tomado ninguna decisión respecto a su posible incorporación al nuevo sistema de pago integrado. Desde mayo se puede usar la tarjeta Lurraldebus para comprar billetes de cercanías, pero Renfe no está, ni parece que de momento vaya a estar, integrada en el sistema común de precios, descuentos y bonificaciones.
Ernesto Gasco adelantó que de aquí a marzo las instituciones que integran la Autoridad Territorial del Transporte –las cinco que comparecieron ayer ante la prensa–, terminarán de pulir los detalles pendientes. También pondrán en marcha campañas de información que ayuden a los guipuzcoanos a familiarizarse con un cambio que mereció adjetivos como «histórico» y «revolucionario».
Y todo hará falta, porque las modificaciones son sustanciales. Algunas les resultarán novedosas a los usuarios del transporte urbano donostiarra, y otras lo serán para los habituales de los restantes operadores. Porque, como indicaron ayer los implicados en el «cambio radical» que se avecina, la nueva forma de hacer las cosas que afectará como mínimo a 60 millones de viajeros al año –la mitad la aporta Dbus– se ha consensuado cogiendo lo mejor de cada modelo. «En estos tiempos de crisis –dijo Gasco–, es lo mejor que hemos podido traer».
Descuentos. El sistema de descuentos es una de las piedras angulares del billete único, y responde a un planteamiento sencillo: cuanto más se usa, más barato sale. Los usuarios de Dbus nunca los han tenido; los de las compañias de autobús integradas desde su origen en Lurraldebus sí, pero solo a partir del viaje número 40. En Euskotren, como en Dbus, el uso intensivo se prima mediante bonos. Con la excepción de los urbanos de Irun y Errenteria, que tienen precios inferiores, el billete ocasional, el ‘papel’ que debe pagar en efectivo quien no tenga la txartela, o no la tenga a mano, costará 1,60 euros. El precio que se ha dado como referencia es el de San Sebastián, donde ahora ese billete ‘suelto’ cuesta 1,50 euros. Por el simple hecho de tener y usar la tarjeta, se aplicará un descuento del 45%, pagándose 88 centimos por cada uno de los primeros 20 viajes (en la actualidad, el precio con bonobús normal en Dbus es de 78 céntimos, independientemente de cuántos viajes se hagan). Del viaje 21 al 50, el descuento será del 56%, quedando el trayecto en 70 céntimos. Y a partir del viaje 51, el descuento llega al 90%, estableciéndose el precio del billete en 16 céntimos. Dos precisiones respecto a los descuentos: los trayectos que se hacen en sucesivos operadores (p. ej., primero un viaje en Topo y a continuación otro en Dbus) se van sumando a efectos de acumulación de viajes, y el plazo que se toma en consideración es el mes natural. Así, el ‘contador’ de viajes se pondrá a cero cada mes.
Bonificaciones. Las bonificaciones, que se describen en la columna adjunta y se detallan en el gráfico, son la otra pieza clave del sistema. Es notable la importancia que se le da al nivel de renta de los beneficiarios de la misma ya que, a partir de marzo, tal como ya se venía haciendo en EuskoTren y en Dbus, criterios como la edad no serán suficientes para tener ventajas. En el caso de los jubilados, por ejemplo, además de acreditar edad y empadronamiento habrá que demostrar que se tiene una renta inferior a 2,5 veces el IPREM (en un cálculo aproximado, el nivel se supera percibiendo más de 1.300 euros al mes). Las bonificaciones se aplican directamente a la tarjeta cuando ésta se carga (se incrementa el saldo cargado en la proporción que corresponda) y son absolutamente compatibles con los descuentos.
Las txartelas: Lurraldebus y Mugi. A punto de desaparecer las tarjetas propias de Dbus que no eran nominales y, por lo tanto, permitían ‘ticar’ a la vez los viajes de varios pasajeros, en adelante todas las tarjetas serán «personales e intransferibles». Es decir, seguirán el modelo de la txartela Lurraldebus, a la que estos meses están migrando forzosamente miles de donostiarras previo pago de los cinco euros correspondientes. Todos los titulares de una txartela Lurraldebus, sean veteranos o sean recientes, pueden estar tranquilos: en marzo no tendrán que cambiar de tarjeta, servirá la que tienen. Quienes en esa fecha carezcan de tarjeta y se quieran sumar a la ventajas del billete único tendrán que sacarse la tarjeta propia del nuevo sistema, que responderá al nombre de Mugi. Eso sí, salvo que quieran pagar 1,60 por trayecto, deberan tenerla todos los mayores de 5 años que vayan a usar el transporte público integrado en el billete único. Teniendo en cuenta que, dijo Ugarte, son «tarjetas con memoria», solo siendo nominales se acordarán de cuántos viajes llevamos y qué bonificaciones merecemos para cobrarnos en consecuencia.

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